La gastronomía del mundo: artistas en la cocina



Elevar la gastronomía a la categoría de arte no es una locura. Cada año se espera con impaciencia la lista de los mejores restaurantes del mundo, y por consiguiente, de los chefs que hacen realidad esos platos. Esto sucede en la alta cocina. De todos modos, los establecimientos que no optan a ser galardonados por ninguna guía gastronómica patrocinada por una marca de neumáticos también realizan obras de arte a pequeña escala. Cada vez es más usual encontrar las tradiciones gastronómicas de casi cualquier rincón del mundo en los restaurantes de España. Ya sea por la atracción de los cocineros nacionales por otras culturas o por los ciudadanos venidos de otros países que han querido mantener viva la culinaria de sus orígenes.
Sea como fuere, lo cierto es que podemos disfrutar de recetas internacionales, que van desde las ya clásicas francesas, italianas o chinas; hasta las más recientes, como las japonesas, hindúes o latinoamericanas en infinidad de establecimientos dispersados a lo largo y ancho de nuestra geografía. El interés por las tradiciones culinarias foráneas es tal que existen programas de televisión dedicados a ellas, como por ejemplo Karakia, en Televisió de Catalunya; por no hablar de los múltiples ingredientes y aderezos típicos de las cocinas de todo el planeta que se pueden encontrar en la mayoría de mercados españoles. Basta con darse un paseo por las capitales de provincia para adentrarse en un mundo de texturas, sabores, olores y recetas de los cinco continentes.


Un viaje a China
Los restaurantes de cocina tradicional de este país asiático son algunos de los más populares si hablamos de gastronomías internacionales en España. Un ejemplo es Lam Chuen Soun, un prestigioso restaurador y cocinero cantonés que dirige Shangai 1930 en Barcelona. Se trata de un establecimiento que fusiona las tradiciones mediterránea y china. Abrir sus puertas es adentrarse en la ciudad asiática en la década de los años 30; el realismo es tal que Chuen Soun mandó traer los bloques de piedra que sirven de empedrado al restaurante desde Xaosing, pueblo cercano a Shangai. Las dos plantas del local se distribuyen según las leyes del Feng Shui. Así, además de esta recreación de las calles y también del puerto, la decoración del local tiene evidentes signos a la cultura catalana con una fuente en forma de dragón gaudiniano, que supone el contrapunto a la cocina. Pero la convivencia cultural no acaba aquí, ya que la carta que presenta el cocinero cantonés, acompañado de un gran equipo del que también forman parte sus hijos, es una armónica mezcla entre Oriente y Occidente. Destacan las adaptaciones de platos y los toques originales del chef. Una apuesta por la creatividad que incluye recetas de la alta cocina europea, gastronomía española o platos orientales de alto nivel, que van desde las tapas cantonesas a las delicias japonesas. De hecho, para poder ofrecer algunos de estos platos, Lam Chuen Soun viaja con regularidad a China y trae algunos productos frescos, materias que no se encuentran en el mercado español. Sin embargo, hay otras que ya se cultivan en Catalunya debido a la buena acogida de los restaurantes orientales en nuestro país y en otras naciones de la Unión Europea, que importan algunas hortalizas autóctonas de China, pero crecen en Tarragona, por poner algún ejemplo.
Del mismo país asiático procede Dai Hua Dong, más conocido como Lluís, que llegó a España hace más de veinte años y se instaló en Valencia, donde inició sus negocios en el sector de la restauración. Más tarde viajó a Barcelona, concretamente a Alella, ciudad de la que se enamoró y donde es propietario de un restaurante que fusiona la cocina china con la mediterránea. Su nombre es Feliç 2 y es uno de los restaurantes orientales más concurridos del Maresme. Seguramente los motivos sean variados, pero entre ellos deben estar el hecho de que las recetas se mimen al más mínimo detalle, las innovaciones periódicas de la carta, la experiencia de muchos años en el sector o los premios que le avalan como uno de los mejores locales de gastronomía china de Cataluña.
Nos trasladamos a Baleares, concretamente a Palma de Mallorca, donde se ubica el restaurante Gran Dragón, todo un clásico en la isla. Con casi 40 años de experiencia en la restauración, Antonio Yoh capitanea uno de los establecimientos de gastronomía china más emblemáticos de todo el país, no en vano esta cerca de cumplir su 30 aniversario. Su equipo está formado básicamente por compatriotas, sobre todo en la cocina. De este lugar salen los platos que se sirven entre los clientes, protagonizados por las carnes, las verduras o los pescados cocinados al estilo chino, aunque en cierta medida adaptados a los gustos occidentales.


El lujo asiático
Más sabores exóticos, esta vez llegados directamente desde Tailandia. Se trata de los platos y creaciones del grupo Thaï Gardens, con locales en Barcelona y Madrid. Traspasar sus umbrales es casi como viajar a un jardín oriental. En estos restaurantes, además de poder degustar recetas tradicionales con su típica mezcla de cinco sabores: dulce, picante, agrio, amargo y salado; se puede asistir a cursos y jornadas relacionadas con la cultura tailandesa, como por ejemplo tallado de frutas, arte floral, especias o exposiciones de seda. Toda una inmersión en uno de los países más atractivos de la región. También en Barcelona se encuentra otro establecimiento de cocina tailandesa: Tivoli’s Bistró. Ubicado en el Poble Sec barcelonés, el local está regentado por Kannika Kongkaew, jefa de cocina, y su marido Josep Mascarell, jefe de sala. Sus especialidades son las recetas caseras del país natal de Kannika, con una particularidad: su carta se compone de un menú que cambia semanalmente, por lo que es difícil repetir plato. Pero la experiencia lo vale: cocina con mimo, cuidada y típicamente tailandesa.
Viajamos hasta la India sin movernos de la Ciudad Condal, donde se encuentra un pequeño y coqueto establecimiento de cocina hindú, llamado Rani (arena en hindi). Todo lo que se ve allí transporta a la India: su vajilla, su decoración y cómo no, sus recetas. Ajmer Chaijhan es el propietario de este pedazo del país del sur asiático. Propuestas para todos los gustos, desde los vegetarianos a los carnívoros, por un precio de lo más asequible. Decenas de sugerencias, a cuál más apetitosa. Tras haber elegido, los platos se sirven en el centro de la mesa, para que todos los comensales tengan la posibilidad de catar las especialidades. Una vez finalizado el ágape, llega la sorpresa: una invitación a un cóctel hindú sin alcohol o un chupito de mango con vodka, además de unas coloridas especias que eliminan el aliento del alcohol, el picante y facilitan la digestión. Otro local con gastronomía típicamente hindú es Mayura, situado en pleno Eixample y regentado por Mayura, una mujer de Bangalore que se coronó miss India con tan solo 14 años y continuó sus estudios en Estados Unidos, convirtiéndose en relaciones públicas de prestigiosos hoteles. Fue allí donde conoció a su marido Rajnish, su mano derecha en el negocio. Llegaron a España, concretamente a Ibiza, donde abrieron su propio restaurante, pero decidieron probar suerte en Barcelona, con un espacio que llevara su propio nombre. El lujo de las texturas orientales está muy presente en el local, donde además de poder disfrutar de las recetas indias, se puede tomar una copa o asistir a sesiones de cine Bollywood, uno de los aspectos culturales más de moda de este país. Y aún otra propuesta más: Bembì, cuya cara más familiar es la de Asha Miró, relaciones públicas del local. Su jefe de cocina, Anand Singh Negi, es un experimentado cocinero que ha trabajado con los maestros fogoneros hindúes. Tras haber trabajado en los exclusivos hoteles Taj de la India, llegó a Barcelona donde ahora se hace cargo de este restaurante cuyo nombre significa ‘ombligo’, una muestra de la clara unión entre madre e hijo, tierra y habitante.


Viaje al mundo árabe
Además de los populares kebabs, convertidos ya en un clásico de la comida rápida (y no por ello insana) entre jóvenes y adultos, otros muchos negocios de restauración árabe están triunfando en España. Algunos ejemplos los tenemos en la cadena Ugarit, Teherán o Nut. Los restaurantes Ugarit (seis en toda la Ciudad Condal) han sido desarrollados por Hani Sarkis, hijo de una familia siria humilde y numerosa. Aprovechando que un familiar residía en Barcelona, viajó hasta la capital catalana con la intención de iniciar carrera en la medicina, pero su espíritu comerciante hizo que se dedicara a la hostelería. En su cocina se huye de propuestas comerciales para centrarse exclusivamente en platos sirios que él mismo prueba antes de incluirlos en la carta: un exigente control de calidad. Por su parte, Teherán, es un espacio gastronómico madrileño donde se pueden degustar los sabores de la antigua Persia. De la mano de los hermanos Rashidi, residentes en España desde hace aproximadamente 25 años, el local presenta unas creaciones basadas en llamativos colores, especias y otros ingredientes autóctonos de Irán. En último lugar, el restaurante Nut, que trae los secretos de la coquinaria egipcia a Barcelona. La brasileña Luiza da Silva es propietaria del negocio que su familia política, de origen sirio, regentó durante un tiempo. Su nombre hace honor a la diosa del cielo, su decoración rinde homenaje a los faraones y los detalles son típicos del país del Nilo. Así pues, de puertas para adentro es prácticamente como visitar Egipto. Su gastronomía lo corrobora. Una carta de papiro repleta de recetas suculentas y postres que harán las delicias de los más golosos. Para completar la oferta de inmersión en la cultura egipcia, disponen de infusiones, pipas turcas con tabaco de sabor frutal o la actuación de bailarinas de danza del vientre.

Cambio de continente
Los países del centro y sur de América son origen de un buen número de los inmigrantes que residen en España. Como es lógico, sus tradiciones culturales y gastronómicas están cada vez más presentes en la península. Algunos ejemplos son el restaurante Hugo, situado en el barrio del Born de Barcelona, o El Rincón de Dona, en Madrid. El primero se ha convertido casi en un refugio de las costumbres chilenas en la Ciudad Condal. De sus paredes pende buena parte de la historia del país, con fotografías e imágenes que suponen el antes y el después de la tierra de origen de Hugo Bórquez, propietario del establecimiento. En Hugo se pueden degustar especialidades típicamente chilenas –y por qué no, atreverse a maridarla con los vinos del mismo país, con variedades autóctonas de lo más interesantes–, pero también platos catalanes. Ambas cocinas conviven, si bien no se fusionan. Sin duda, una opción recomendable para un viaje gastronómico sin moverse de Barcelona. En cambio, en El Rincón de Dona encontramos recetas tradicionales venezolanas e italianas. El secreto no es otro que el acerbo cultural de Donatella Belleno, propietaria y jefa de cocina del restaurante. Veneciana de nacimiento, ha pasado muchos años de su vida en Venezuela y además está casada con un vasco. En este caso, también se opta por separar las cocinas; se fisiona y no se fusiona.

La vieja Europa
Italia, Francia o Grecia también son las tierras de procedencia de muchos inmigrantes que viven en España. Y es que a menudo se nos olvida englobar a los ciudadanos de la Unión Europea bajo la categoría de inmigrantes. La historia del siguiente restaurante empieza a fraguarse en París, cuando una cocinera da con una receta sencilla, pero a la vez atrevida: una carta formada por un solo plato. El local consiguió un éxito inesperado y les hizo replantearse la expansión del negocio. De este modo Le Relais de Venise aterrizó en pleno Eixample barcelonés hace más de diez años. En todo este tiempo el local ha ido viento en popa y miles de comensales han probado su especialidad: un plato de carne de vaca al grill con una salsa traída directamente desde la capital gala y acompañada de patatas fritas. La elegancia y el triunfo de la sencillez.
El Mediterráneo helénico también tiene su representación con locales como Thassos (Valladolid, Salamanca y Jaén). De la mano de Anastasios Bampalikis, cualquiera que visite uno de estos tres templos de la gastronomía griega podrá deleitarse con recetas elaboradas e innovadoras que siguen, en su esencia, las claves de una culinaria con más de cuatro mil años de antigüedad, que alimentó a dioses y héroes, filósofos y políticos, hombres libres y esclavos y que hoy en día sigue enamorando por su frescura.
Aún otro ejemplo europeo, el restaurante Lava (Madrid), que presenta la cocina islandesa interpretada por el chef Jóhannes Ívar Gudmunsson –cocinero que aprendió el oficio entre los fogones de un barco pesquero y posteriormente perfeccionó su técnica en altas escuelas–. Además de primeros, segundos y postres de lo más sofisticados, entre las recomendaciones del local se encuentran una amplia selección de vinos y los autóctonos vodkas y aguardientes. La cultura de la “isla de hielo” en pleno centro de la capital. Después de degustar alguna de las propuestas sugeridas, valoren si la gastronomía es o no un arte.

Buika, la artista de la fusión de razas, colores y culturas

Concha Buika, hija de una familia originaria de Guinea Ecuatorial, nace en Palma de Mallorca en 1972. Crece rodeada de música y es que ésta es más importante que la televisión en su casa. De su madre adquiere el amor por las grandes voces del jazz y la pasión por los ritmos africanos, pero habría unos acordes que le calarían y le llegarían a lo más hondo: los de la copla. Si tuviera que explicar su primer contacto con este género típicamente español, dirá que le pilló volviendo del colegio, en el patio de la corrala de su casa. También que ha tenido un vivir muy coplero desde siempre y que ve copla en sus fuentes de inspiración, desde el roquero Rosendo al cantautor Sabina. Su infancia transcurre en la década de los 80, época que vive como una explosión artística de la música de los Estados Unidos, que llega a España para mezclarse con la copla. Este estilo es una realidad aplastante en su niñez, cuando escuchaba a los grandes del género: Concha Piquer, Manolo Caracol o Lola Flores.
Y un buen día Concha viaja a Londres. La capital inglesa siempre estará ligada a su futuro, ya que fue precisamente allí donde tiene la revelación de dedicarse a la música. Desde aquel presagio de la providencia ha participado en bandas sonoras de películas y colaborado con La Fura dels Baus en Ombra, aunque lo que más llama la atención es su estancia en Las Vegas. Sin saber muy bien por qué, en el año 2000 llega a la ciudad norteamericana –a la que define como el paraíso de los dementes– donde canta en los casinos como doble de Tina Turner y The Supremes. Gracias a esa experiencia, Rachelle Ferrell, una de las damas del jazz, la invita a cantar en el Club Note.
Tras su vuelta de Estados Unidos se afinca en Madrid y trabaja en la producción de su primer disco, Buika, que aparece en 2005. En él demuestra sus posibilidades y un talento que no ha dejado de sorprender. Su segundo álbum, Mi niña Lola, ve la luz tan solo un año después. En él encontramos temas de siempre, como el que da nombre al disco u Ojos verdes, que ha escogido porque representan el olor y el color de su infancia. Dirigido, producido y realizado por Javier Limón, el disco recibe el reconocimiento de la crítica con las estatuillas a la Mejor Producción Musical y al Mejor Álbum de Canción Española en los premios de la música o el galardón de la Crítica fonográfica alemana, entre otros. En directo tampoco decepciona y el público sale de lo más entregado de sus conciertos.
Ya en 2008 lanza su tercera publicación, Niña de Fuego, de nuevo junto al excepcional Javier Limón de quien se confiesa enamorada en el sentido artístico de la palabra. Cuando ambos están juntos son como dos amantes que se fusionan y de esa unión nace el arte. Concha se desnuda en este disco y vuelve a enamorar con la copla (La falsa moneda, La niña de fuego) aunque coquetea con otros ritmos como la ranchera Volver, volver;  La niebla, con letra del cineasta David Trueba a la que Concha pone música e incluso con temas compuestos por ella misma, como Miénteme bien, Mentirosa o Llegar a ti. Son vivencias, el pasado más personal, el amor y el desamor, la soledad o las largas noches en vela. Confiesa que le ha costado sobrevivir a las historias contadas en sus canciones, si bien piensa que es más fácil sacarlas y contarlas: “es como quitarse un gran peso de encima”.
Hay quien dice que Buika ha reinventado la copla. Concha no sabe qué significa eso de reinventar, aunque le gusta el término y si es un piropo, se da por halagada. Lo cierto es que la española fusiona con éxito diferentes estilos musicales como la copla, el flamenco, el soul y el jazz. Tiene el alma y el duende de los que cantan flamenco; la elegancia de ritmos afroamericanos como el soul o el jazz, además de la pasión y la fuerza de la copla. Derrocha poderío en su fusión de razas, colores y culturas. Por suerte, la música y el arte no entienden de fronteras, como lo demuestra la lista de países en los que Buika ha ofrecido y ofrecerá la música de su último disco a lo largo de este año: Portugal, Francia, Reino Unido, Bélgica, Noruega, Estados Unidos, México, Grecia, Holanda además de en infinidad de provincias españolas como A Coruña, Álava, Albacete, Alicante, Ávila, Badajoz, Baleares Barcelona, Cádiz, Granada, León, Málaga, Madrid, Navarra, Toledo o Valencia.
Se encuentre donde se encuentre, tiene muy presentes sus orígenes, que como ella misma dice: “influyen para hacer cualquier cosa”. Prueba de ellos es su brazo, donde lleva tatuados nueve nombres de mujer, los de “sus diosas”: su madre, su abuela, su bisabuela, su tía o su sobrina. Siempre ha vivido en una sociedad matriarcal y tribal, de ahí que dé especial relevancia a las relaciones personales y al bien de la comunidad o tribu.
Algunos la llaman filósofa del siglo XXI, y es que cuando piensa y razona, no habla, sino que sentencia con sus creencias. Eso se observa cuando la someten a alguna entrevista, donde se encuentra como pez en el agua con casi cualquier interlocutor. Reconoce encontrarse cómoda hablando de todo y no tiene pelos en la lengua. Tampoco reparos en definirse trisexual, tridimensional y trifásica en sus ratos libres, ni en confesar algunas de sus terapias: el sexo, la comida o el chocolate de todos los tipos (entiéndase el chocolate como dulce procedente del cacao y como hachís, ya que en castellano también se le conoce de este modo). Buika es así: artista, multicultural, apasionada, sincera… Una todoterreno del siglo XXI.
Más información
Concha Buika: www.buika.net
Javier Limón: www.javierlimon.com
Vídeos
New Afrospanish Collective: http://es.youtube.com/watch?v=DEo1d1vAytI