Seguro que muchos fanáticos de esta serie hace tiempo que estamos haciendo esta cuenta atrás. Y es que la mayoría estamos deseosos de ver la sexta y última temporada y a ver si así se nos desvelan algunas incógnitas…
¿Quién demonios es Jacob? ¿John Locke está vivo o muerto? ¿Al final, en qué época viven? ¿Qué pasa al final de la quinta temporada? Si de verdad no están muertos, ni en el purgatorio, ni se lo inventan, ni es un plató de televisión: ¿qué está pasando? ¿Muere Sayid? ¿Claire sigue desaparecida en combate? ¿Sun podrá encontrarse con Jin y contarle que tienen una hija? ¿Qué será de Aaron? ¿Con quién acabará Kate: con Jack o con Sawyer? ¿Hugo está loco o es normal que desvaríe? ¿Cómo es posible que hayan tantos hermanos secretos y coincidencias en el pasado y que entre ellos no lo sepan?...
Mientras tanto, nos dedicamos a unirnos a grupos de Facebook que preguntan por la crema que usa Richard Alpert o comentar una situación que nos acostumbra a pasar: que cambiamos una isla de sitio y luego ya no sabemos en qué año la hemos puesto… Supongo que será para intentar calmar el desespero de saber que estamos más perdidos que ellos y que teníamos más clara la trama en el primer capítulo que después de cinco temporadas. ¿Es posible liar tanto una trama y que todo esté tan ligado a la vez? Vamos, igualito que Los Serrano (vale que era una serie española, pero si el final lo hubieran escrito mis primos gemelos de cinco años, no me habría sorprendido tanto –por lo malo, obviamente–).
Pues eso, que yo, por lo menos, me he quedado como la última imagen de la última temporada emitida: fundida a blanco.