Lo mejor que tiene el 2009… es que se acaba



Se lo escuché a alguien el otro día. Y me parece una frase de lo más acertada. Es cierto que en este año que hoy acaba han pasado cosas buenas, ¡pero tantas malas!
A finales de 2008 ya hubo quien vaticinó que el año que entraba iba a ser malo… Ya podría haberse equivocado en sus predicciones…
Prácticamente emulando a Mecano, hacemos el balance de lo bueno y malo: en la parte positiva el Barça de Guardiola tiene mucho que ver, en la negativa hay demasiados protagonistas.
Pero seremos optimistas y esperaremos que lo mejor de este 2009 que acaba sea lo peor del 2010.

¡Feliz año!

Un premi Nobel de la Pau per a... Internet???




Alguns experts en noves tecnologies com ara Gustavo Cardoso afirmen que la domesticació de mitjans fa referència a la incorporació de les noves tecnologies a la vida diària de les persones (usant-les, abusant d’elles, usant-les malament, ignorant-les). L’autor portuguès assegura que és un procés que tots vivim permanentment.
No podria ser d’una altra manera si tenim en compte la notícia que publicava el diari El País el 8 de desembre a la seva versió online: Campanya digital per demanar el premi Nobel de la Pau per internet. I és que l’impacte que ha creat la concessió d’aquest guardó al president dels EUA Barack Obama, ha fet que un grup d’activistes, artistes i científics –alguns ben coneguts– promoguin un manifest per reclamar que el pròxim premiat amb el Nobel de la Pau sigui internet i no pas una persona. Com s’argumenta al manifest, “ens hem adonat de què internet és molt més que una xarxa d’ordinadors” i que s’ha convertit en “una eina de pau”. Una prova més de com està d’integrada aquesta tecnologia en el nostre dia a dia.

Altres exemples són les recents notícies, publicades al diari El Mundo que afirma que ja s’han creat 50.000 aplicacions per Twitter i al portal de notícies 3/24 que explica que prop de 20.000 persones consulten cada dia el web Feina Activa. En la primera es demostra que els milions de persones que utilitzen aquesta xarxa social, s’han identificat amb ella i l’han integrat en el seu dia a dia de tal manera que han necessitat crear aplicacions pel seu funcionament habitual. La segona, ens mostra com un portal amb dos mesos de vida s’està consolidant com una eina útil per trobar feina, o almenys això és el que pensen les més de 65.000 persones que s’han registrat.
Tres exemples de com internet és un mitjà domesticat per cada vegada més persones i diferents generacions.

Un pedazo de Argentina en Valencia





Undertango es el proyecto musical de los argentinos Martín Albano y Cecilia Barber. Llegaron a España hace apenas seis años y ahora, por fin, pueden dedicarse a la mayor de sus pasiones: la música. Con su formación nos traen un pedazo de su tierra, de Argentina, de la pasión del tango y de la fusión de otros ritmos, como ya hiciera el mítico Piazzolla. Culturas que se funden al compás de uno de los estilos musicales más sensuales del planeta. Texto: Saray Garcia. Fotos cedidas por Cecilia Barber.

Con tan solo cinco años, en la ciudad argentina de Rosario, Martín Albano descubre su pasión por la música. Desde esa época ya le llamaba la atención todo lo relativo a la percusión, hasta tal punto que sus más allegados terminaron por regalarle una batería pequeñita para que empezara a realizar sus primeras melodías.
Mientras, en la misma ciudad, una niña de cuatro años llamada Cecilia Barber disfrutaba de la música clásica cuando en su casa se escuchaban discos de los más afamados compositores. La pequeña aprovechaba también para bailar al ritmo de las canciones, tanto era así que la apuntaron a clases de ballet. Quizás este amor por la música estaba presente en sus genes… y es que su abuelo español era músico y director de una banda y su padre tocaba el saxofón. Años más tarde, cuando había cumplido los ocho años, se puso de moda la serie de televisión Fama. Cecilia disfrutaba frente a la pequeña pantalla, sobre todo en los fragmentos más musicales y cuando tocaban el piano se quedaba fascinada. Ese instrumento que la maravilló se convertiría un año más tarde en un amigo fiel, ya que empezó a estudiar piano y ya nunca abandonó el contacto con el teclado de piezas blancas y negras.
Siendo ya adolescentes, los dos seguían ligados a la música, se dedicaban a ella aunque no de manera profesional, pero sí impartían clases particulares de guitarra y batería (él) y piano (ella). Para seguir mejorando sus conocimientos, ambos estudiaban solfeo y tocaban en diferentes agrupaciones de varios estilos en bares y conciertos académicos.

Martín y Cecilia se conocieron en un pub de su ciudad natal y se dieron cuenta de que compartían las mismas aficiones, aunque en diferentes estilos musicales. Él tocaba la batería, para entonces incluso ya había cursado clases de guitarra y se decantaba principalmente por el rock, el blues y el jazz; ella asistía a clases de piano y se centraba en la música clásica. Sus vínculos comunes hicieron que la amistad prosperara. Tanto que acabó en el altar.
Ya recién casados, llegaron a España en agosto de 2002. Los dos mantenían la ilusión de poder hacer de la música su profesión y medio de vida, pero no les resultó fácil. Al menos no al principio. Cuentan que les fue bastante difícil habituarse al hecho de estar lejos de sus seres queridos y de su patria. Como también lo fue dedicarse a los muchos y variados puestos de trabajo que les servían para ganar algo de dinero. Martín trabajó como operario de fábrica, reponedor de supermercado, repartidor de periódicos o dependiente. Otro tanto hizo Cecilia, que desempeñó tareas similares a las de su marido, además de recepcionista o trabajadora en un almacén de naranjas, la fruta por excelencia de su tierra de acogida, Valencia. Durante un tiempo, estos puestos laborales les permitieron compaginar trabajos de media jornada con el dictado de clases. Martín ejerció como profesor de batería, guitarra y percusión y Cecilia como profesora de piano.
En la actualidad –afortunadamente, como dicen ellos– solo se dedican a dar clases y realizar actuaciones, sin embargo no olvidan aquellos tiempos en que el sueño de vivir por y para la música no era más que eso, un sueño. De todos modos su objetivo sigue siendo crecer musical y profesionalmente y continuar luchando por esta pasión. “Aunque es muy difícil, vale la pena”, afirman.
Un día cualquiera en sus vidas está rodeado de música. Ensayan y preparan el repertorio con el que presentan su espectáculo para que encima del escenario todo salga a la perfección.  A fin de que eso suceda, pasan horas escuchando canciones y nuevos ritmos que les inspiren en sus composiciones. Y por último, la promoción de su grupo de tango, para el que todavía siguen buscando un manager en España que les ayude a difundir su proyecto por toda la península.
Undertango es el nombre de su grupo, dedicado al tango argentino. A través de sus composiciones pretenden difundir este género en todas sus formas: música, canto y danza. El repertorio está integrado por tangos tradicionales y obras del reconocido compositor y bandoneonista argentino Astor Piazzolla. Éstas combinan y fusionan elementos del tango, del jazz y de la música clásica, generando un estilo único e innovador que ha hecho de Piazzolla uno de los  músicos de tango más importantes del siglo XXI, o como él mismo solía decir, de “la música contemporánea de Buenos Aires”. El principal objetivo de este grupo es compartir con el público la esencia del Río de La Plata, transportando al espectador a un mundo donde la pasión, la fuerza, la dulzura y la melancolía se hacen presentes a través de su música y de su danza.
Comenzaron siendo un dúo al que con el paso del tiempo se le fueron sumando integrantes para presentar un espectáculo cada vez más completo. Además de Martín y Cecilia, Undertango está formado por Diego González (contrabajo), Lydia Wellington (cantante), Guillermo Álvarez y Verónica Mendoza (bailarines). Los seis, en los diferentes formatos de espectáculo que presentan, divulgan la cultura argentina, pero el propio grupo es una mezcla de culturas, nacionalidades y procedencias. Lydia es uruguaya, Verónica valenciana y el resto son argentinos.
Una de las peculiaridades de esta banda es que actúa con diferentes formaciones, en función del tipo de espectáculo que quieran ofrecer. A decir verdad, el presupuesto y el espacio de los teatros o escenarios donde actúan tiene mucho que ver. Así pues, podemos encontrar el dúo de piano (Cecilia) y bandoneón (Martín); el trío, al que además de estos dos instrumentos se le une el contrabajo; con la voz de la cantante o con bailarines, aunque en algunas ocasiones pueden presentar el espectáculo completo. El grupo actúa en pequeños teatros, casas de cultura y auditorios de Valencia y de los pueblos de la Comunidad Valenciana, si bien a veces lo hacen en otras comunidades o en el norte de Portugal. Precisamente, Martín y Cecilia explican que su público es variado, sobre todo dependiendo del lugar en que se realiza el espectáculo. En tierra lusa el público es local, ya que no hay tanta inmigración sudamericana, mientras que en España acuden más argentinos. Pero no importa de donde provenga el público. A buen seguro que con Undertango disfrutarán de una velada musical.


A quien madruga...

La chica que organiza la cola le da un buen número para acceder a la edición limitada Jimmy Choo for H&M. 
Así de simple. Y así de cruel. Levantarse a las 5:15 de la mañana sin apenas dormir para plantarse lo más rápido que una pueda en la cola de la tienda de Paseo de Gracia. Durante el camino ir pensando en que quizás tus amigos tengan razón cuando te llaman loca o que sólo con un poco de suerte seas una de las primeras.
Hora de llegada: 6:20. No está mal, sólo 28 personas por delante. Nervios. Poco a poco la cola se va haciendo más y más larga, hasta que sobre las 8 de la mañana organizan todo como si se tratara de un parque temático (véase en zig-zag) y la cola sigue creciendo. Nos ofrecen café (de nuevo las que no lo tomamos estamos discriminadas), pero consigo una chocolatina para reponer fuerzas. Los medios empiezan a inmortalizar el momento (no es para menos) y la gente ya casi llega a la Plaza Catalunya. Parece que el reloj no avance: ¡qué desespero!
Por fin nos cuentan cómo funcionará la cola y cuáles serán nuestros diez minutos de gloria para hacernos con el preciado tesoro. Ya de paso, se curan en salud y nos dicen que es posible que el madrugón no haya servido para nada y que la pulserita VIP no nos asegura ni siquiera poder comprar algo. 
A las 10 en punto empieza la cuenta atrás del 10 al 1, como si de un lanzamiento espacial se tratara (eso sí, el inglés no es el idioma escogido para la ocasión) y abren las puertas. Carreras hacia la zona restringida de zapatos, bolsos y complementos de mujer, custodiada por dependientes y guardas de seguridad. En 7 minutos se acaba la ropa, ¡maldita locura!
Los primeros afortunados (sí, sigo sin entender qué demonios hacían chicos en la zona exclusiva de complementos de mujer cuando la colección masculina era de libre acceso) acceden al paraíso y los del segundo turno nos ponemos cada vez más nerviosos (sí, volvían a haber chicos). Las 10:30. Corro hacia el objetivo y en menos de los 7 minutos establecidos ya me he probado 3 auténticas piezas de arte, pero me decanto por unos zapatos impresionantes. Para muestra, una foto. Y es que cada uno adapta los refranes como quiere, ¡y más en los tiempos que corren!



Cuarenta años enseñando y haciendo reír…



Nacieron para entretener a los niños estadounidenses durante unos meses, pero poco a poco se convirtieron en los compañeros de juegos y enseñanza de millones de niños en más de cien países. Todo un fenómeno audiovisual a nivel mundial. Y es que, ¿quién no ha visto alguna vez a Súper Coco, Epi, Blas o El Monstruo de las galletas?

Nosotros, los españolitos de turno, tuvimos nuestra particular versión del programa, con entrañables personajes como Espinete, Don Pimpón, Chema el panadero o Julián el quiosquero. Un adorable erizo rosa que salía desnudo a la calle y se ponía pijama para dormir y era amigo de un ser con sombrero y pantalón con tirantes que aún no sé a qué especie pertenecía… Un barrio dispar que recuerdo con añoranza. ¿Por qué no volverán a emitirlo?

Lo cierto es que hemos crecido y los tiempos han cambiado. Se han adaptado los contenidos a los diferentes países para no herir sensibilidades; para hacer frente a la obesidad, ya no se engullen galletas sino que se ingieren frutas y verduras con moderación…  

En fin, que cuarenta años dan para mucho. Así que ¡a ver si pueden estar en antena otros cuarenta más!

La caída del muro de Berlín dos décadas después





Durante la noche del 9 de noviembre de 1989 se abría el primer paso entre el este y el oeste del muro de Berlín. Miles de ciudadanos se concentraban ante sus paredes, entre atónitos y eufóricos por lo que estaba a punto de suceder. Gente de los dos lados del muro saltaban, reían y se abrazaban. ¡Por fin había caído el muro!
A grandes rasgos ese fue el símbolo que marcó el fin de la Guerra Fría y el fin de casi treinta años de división entre las dos Alemanias. Se cayó el muro y con él se fue una de las mayores vergüenzas del siglo XX.
Hoy, veinte años después, lo recordamos orgullosos. Orgullosos de ser tan progresistas, tan civilizados, tan creadores de historia, tan… tan.
 
Mientras, yo me pregunto qué pasa con otros muros: los de Ceuta y Melilla, el que separa Estados Unidos de México, el de Cisjordania…

Celebración de cumpleaños con una nueva televisión en internet





Esta es la original manera de festejar los cuatro años de vida de la cadena de televisión Cuatro. Gracias a la inauguración de este nuevo player de internet se podrá ver en directo y acceder a todos los contenidos del canal del Grupo Prisa. Así, el usuario tendrá a su alcance la programación de la cadena, emisiones en directo, televisión a la carta o los vídeos más vistos, y todo esto acompañado de un diseño visual muy atractivo e intuitivo.
Esto vuelve a reafirmar la migración de los medios de comunicación hacia lo digital para eliminar las fronteras y estar accesibles 24 horas al día en cualquier lugar. Play Cuatro supone una ventana abierta para el telespectador, ya que es él quien decide si ve la televisión en directo o busca determinados contenidos según diferentes criterios (los más vistos; un programa que no vio, pero que todavía está colgado en la red...). Una vez más, este tipo de páginas web son hipertextuales, interactivas y multimedias.
Huelga decir que esta iniciativa nace avalada por el éxito de webs de vídeo como YouTube o Vimeo, con grandes audiencias online. En este sentido, tal y como cita la noticia, algunos expertos en internet aseguran que en el 2012, más del 90% del tráfico mundial de la red será vídeo, mientras que otros apuestan porque  el ordenador desplace a la televisión tradicional como el receptor de señales de vídeo.

El català ocupa el vuitè lloc en el rànquing de les llengües mes utilitzades als blocs




 Fa uns dies, El Periódico de Catalunya publicava una notícia que assegurava que el català és el vuitè idioma en el número de blocs. Tal i com es diu al text, la presència d’aquesta llengua a la xarxa és més gran que el pes demogràfic (amb una població de 10 milions de parla catalana).


Això ens porta a dues reflexions. La primera, tenint en compte que la tecnologia i l’accés a internet són indicadors del desenvolupament informacional, és que Catalunya està en vies de deixar de ser una societat en transició per convertir-se en una d’informacional. La segona és que són els usuaris, de manera personal, els que omplen de continguts en català la xarxa i no les empreses o institucions. Així que encara queda camí a fer...

Una mala noticia


7:45 am. Suena el despertador. Hoy le robo cinco minutos al reloj y me desperezo en la cama: no tengo ganas de levantarme. Quizás sea un presagio…
Voy hacia el baño y como cada día enciendo la luz y sintonizo la radio para empezar la mañana informada. Una noticia me entristece profundamente: la derecha más conservadora y xenófoba va ganando adeptos en algunos países europeos del Mediterráneo. ¿Cómo es posible?
Ya en la ducha, mientras el agua recorre mi piel, los pensamientos pasan por mi cabeza a la velocidad de un rayo. Intento buscar una explicación, pero no la encuentro. En el colegio me explicaron que el Mare Nostrum (el nuestro, el de todos) se caracteriza por su precioso tono azulado. Y también por ser uno de los lugares de mayor concentración de diversidad del mundo. Infinidad de tamaños, colores, formas y procedencias endémicas que conviven en un único entorno. Desde entonces siempre he pensado que todos somos diferentes, pero no tenemos por qué ser desiguales.
Cierro el grifo y me envuelvo en una toalla. Me voy secando y entretanto me vienen a la memoria aquellas lecciones de historia que recibí cuando era pequeña. Recuerdo cuánto me fascinaban las sociedades antiguas, redes de personas que contribuían para alcanzar una convivencia pacífica. Fruto de esta situación surgía un intercambio de conocimientos y culturas que mejoraba la vida de los ciudadanos. Los romanos entablaron una relación de diálogo y trabajo con los habitantes de las diferentes zonas del imperio, especialmente con los límites sureños. Siempre me llamó la atención la vida en Al-Andalus, un territorio que sigue siendo, seiscientos años después, un ejemplo de armonía y cooperación entre distintos pueblos. Éstos constituían una de las comunidades más avanzadas a lo largo de la historia. La sabiduría compartida de musulmanes, hebreos y cristianos impulsó un importante desarrollo en la economía, la agricultura, el arte, la ciencia o la literatura.
Repasando estas lecciones de historia, se ha hecho la hora del desayuno. Preparo un bol con leche y cereales; me siento y empiezo a comérmelos. Cada cucharada es una pregunta que cae como una losa:
- ¿Tan difícil es repetir algo que tuvo éxito hace más de seis siglos?
- ¿Las nuevas tecnologías no pueden ayudarnos en este proceso?
- ¿Por qué más allá de círculos entendidos, los ciudadanos de a pie no conocen el Proceso de Barcelona o la Unión para el Mediterráneo?
- ¿No somos capaces de adaptarnos los unos a los otros?
- ¿Hay algo más bonito que el diálogo, el intercambio y la convivencia?
- ¿Tanto cuesta llegar a una reconciliación en un conflicto o en una situación de crisis?
- ¿Hacemos todo lo que está en nuestras manos para restablecer la confianza en el otro y que éste la restablezca en nosotros?
- ¿Aún no hemos encontrado las claves del éxito de un Mediterráneo movido por la cooperación?
- ¿Quizás ya las conocemos y no nos interesa aplicarlas?
Me visto y me preparo para salir de casa, pero no puedo dejar de darle vueltas a esa noticia que me está afectando. Y es que no entiendo por qué hay quienes se preocupan por los vecinos de otras orillas del mar, pero no dudan ni un instante en pasar una semana de idílicas vacaciones en Túnez, por poner solo un ejemplo. Tampoco se lo piensan a la hora de degustar un rico kebab, convertido en sano fast food intercultural -a pesar de su procedencia como codiciado manjar de los antiguos reyes persas-. No les importa dejarse llevar por las historias que cuenta Emir Kusturica, ni por las animadas bandas sonoras de Goran Bregovic o los ritmos multiculturales de la Orchestra di Piazza Vittorio. Les encanta comentar con los amigos sus peripecias en las decenas de zocos marroquíes o turcos, y por qué no, servir en sus cenas más íntimas cuscús, polenta, sarma, moussaka, hummus o falafel.
Imaginar estos deliciosos platos y sus placenteros olores me hace pensar en que esta mañana no me he puesto perfume. Hoy no me apetece. Solamente cojo el bolso, el móvil y las llaves. Salgo por la puerta. Y empiezo el día con un sabor amargo. Puede que sea el mismo en el que pensaba Serrat, el del llanto eterno vertido por los cien pueblos mediterráneos que van de Algeciras a Estambul.



Emplena de vida l’espai


La Sílvia acaba el seu torn de nit a l’hospital. Té poc més de cinc minuts per canviar-se i córrer cap a la parada del bus. Si no haurà d’esperar més de mig hora fins que no arribi el proper. Quan surt de la porta principal s’afanya i arriba tot just quan el vehicle frena: ha tingut sort. A aquelles hores del matí és fàcil trobar lloc per asseure i descansar després de tota la nit treballant a la maternitat. L’estona que dura el trajecte li serveix per evadir-se del món, per llegir, per escoltar música, però també per pensar en tot el que està vivint en els seus primers mesos com a resident de l’hospital. Avui és un dia d’aquests. De fet, encara està emocionada per tot el que ha viscut fa només unes hores: ha assistit el seu primer naixement. La seva adjunta –molt contenta amb el seu treball– li havia promès que podria estar present en el part, tot i que la Sílvia no hi confiava massa. Una situació nova i estranya per la resident: ara assistiria a tots aquells metges que veia sovint pels passadissos en el que seria el seu primer part. Volia estar concentrada, però els crits i plors de la dona l’esfereïen. Va buscar els ulls de la seva resident i va trobar un bàlsam pels seus nervis. Havia d’estar alerta, aprendre d’aquell moment i també gaudir-lo. I així ho va fer…

El primer raig de sol apareix i s’escola pels vidres de l’autobús. És com el caparró del nadó: en sortir emplena de vida l’espai.

Viaje en metro


Mi abuela me pidió que la acompañara a casa de su hermano, en la calle Llibertat. No me pude negar. Reconozco que las visitas a aquel entrañable anciano me gustaban: su sabiduría y salud envidiable parecían contagiarse en esas reuniones. Como de costumbre entramos en la parada de metro de Gavarra para bajar en Diagonal. Durante el trayecto mi abuela me explicaba el argumento del libro que le traía como regalo; con él no funcionaban los bombones o las galletas... Bajamos del vagón y nos dirigimos a la salida, pero parecía que algo pasaba por la cabeza de mi abuela. En cuestión de segundos se quedó paralizada. Petrificada. Con sudores fríos.
Intenté por todos los medios que reaccionara, pero fue imposible. No aprecié nada fuera de lo normal a nuestro alrededor: ni el número de pasajeros, ni sus rostros, ni nada excepcional. Las obras del nuevo intercambiador continuaban en la estación, que estaba llena de sacos apilados, palés, escombros, tierra, polvo…
Asustada le pregunté a mi abuela qué le pasaba. A duras penas podía hablar. La acompañé hasta uno de los bancos del andén, donde consiguió pronunciar una sola frase inteligible: “Necesito aire”. Decidí salir cuanto antes del subterráneo, escaleras mecánicas hacia arriba para volver a ver la claridad y dejar que el sol de principios de primavera nos acariciara el rostro. A punto de pisar la calle, pude ver como una lágrima asomaba por sus ojos. La abracé y le di un beso, mientras ella seguía dándole vueltas a qué le podía haber pasado, con una extraña situación de déjà vu. Intenté tranquilizarla, aunque estaba sorprendida e intrigada por su reacción.
En unos minutos llegamos a casa de mi tío abuelo. Una vez allí, le contamos lo que acababa de suceder. Por segunda vez aquel día vi aparecer otra lágrima, esta vez en los ojos del hermano de mi abuela.
- Papá y mamá me prohibieron que te contara nada. He vivido toda una vida con este secreto. Cuando tú apenas tenías tres años, en 1938, tuvimos que salir con lo puesto de casa y correr a los refugios del metro para eludir los bombardeos. Nuestro padre estaba en el frente y mamá, embarazada en aquella época, tuvo que apañárselas para correr con nosotros dos. Recuerdo un subterráneo lleno de túneles formados por sacos donde pasamos más de una noche. Cientos de familias intentaban salvar sus vidas, hacinadas en un espacio pequeño, oscuro y falto de higiene. Fue horrible, créeme. Por eso no me dejaron que te contara nada. Por suerte, tú nunca fuiste consciente de aquel horror. Puede que las obras te hayan hecho revivir la situación; no es tan extraño, no te asustes. A veces la memoria juega estas pasadas...

Rioja con los cinco sentidos



Destapar una botella de Rioja es dar paso a un festival para los sentidos. El oído recibe las primeras sensaciones: el descorche, el decantamiento, el servicio en copa… La vista se enamora del rojo cereza intenso del vino, brillante, con reflejos de decenas de tonalidades. O por qué no, amarillos pálidos, quizás con matices ambarinos. En la copa, los aromas de frutos silvestres, los recuerdos de plátano, melocotón o manzana, se alían con las características notas de crianza y se despliegan para regalar nuevas sensaciones al olfato. La boca, deseosa de sentir lo mismo que los anteriores, empieza por reconocer los sabores frutales, la armonía, el equilibrio y la intensidad de las cosas bien hechas. Aquí se entremezcla con el tacto. Pero Rioja es mucho más: es enoturismo, es cultura, es tradición, es modernidad. Es el vino con los cinco sentidos.

El vino ligado a la tierra



Nací en el campo, rodeado de los míos. En mi memoria perduran las hileras de viñedo, el olor de la tierra mojada tras la lluvia, el aroma de las flores de primavera, el calor del verano... El tiempo pasaba despacio y yo seguía creciendo, hasta que a principios de octubre, me arrancaron del que creía era mi lugar en el mundo. Me desgranaron y pisaron, después pasé un tiempo encerrado entre paredes de madera, en un ambiente oscuro, silencioso y húmedo. De pronto y casi sin darme cuenta, un buen día renací con otro aspecto. Ahora soy vino: rojo oscuro, con aromas frutales y buena estructura. Un regalo para los sentidos. Por suerte, siempre me recordarán con el nombre de mi tierra: Rioja.