ENTREVISTA SIMONA LEVI


“Desde el mundo artístico se está recobrando una conciencia y una ética que se había perdido”


Nacida en Turín, Simona Levi ha vivido rodeada de arte toda su vida. Una familia que le inculcó el amor por las artes sirvió de base para que la joven italiana fuera a recorrer mundo y se iniciara en el activismo. Desde hace casi dos décadas reside en Barcelona, donde dirige el espacio artístico Conservas (que ha reabierto sus puertas después de tres años de inactividad) y continúa con su visión personal del arte como medio para la crítica y denuncia. Sus labores reivindicativas van ligadas a un look coqueto y moderno, porque la elegancia no está reñida con la crítica social. Sea como fuere, su nombre se ha convertido en un referente en los festivales más transgresores y actividades sociales de los últimos años en la capital catalana. Texto: Saray Garcia. Fotos: S. Garcia y cedidas por Simona Levi.

Pregunta: ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en el terreno artístico?
Respuesta: Empecé desde muy pequeña porque mis padres me pusieron a estudiar ballet de y no me gustaba nada, de hecho sufrí mucho hasta los diez años en las escuelas de baile porque no me gustaba y lo pasaba muy mal. Al mismo tiempo mi madre trabajaba en temas de teatro y de agitprop. Supongo que esto me influenció porque cuando decidí dejar de estudiar ballet noté lo que yo tenía de todo esto. A los catorce o quince años me empecé a apasionar por las artes visuales y usos del teatro para otras cosas que yo empezaba a hacer en mi adolescencia como activista, temas de feminismo y cosas así. Empecé en Turín, pero lo que me hizo cambiar fue la escuela de Anna Sagna, una mujer muy inteligente y muy a la vanguardia en aquel entonces, que me hizo descubrir un tipo de teatro gestual que tenía un alcance que me interesó mucho

P: ¿Cuándo y por qué decidió instalarse en Barcelona?
R: Dejé Turín con dieciocho años porque sufría mucho Italia en general, ya que es un país en el que es difícil seguir el camino de uno mismo y a todas las cosas más revolucionarias y políticamente positivas le cuesta mucho funcionar. Así que cuando pude me fui y lo hice al norte de Europa. Me fui a estudiar a París, Ámsterdam, Inglaterra; a trabajar como actriz y luego necesité sur… Llegar a Barcelona fue una casualidad. Tenía una amiga allí y huyendo del norte y de unas situaciones personales difíciles en mi relación de pareja me fui para el sur y me paré en Barcelona y me he quedado dieciocho años.

P: ¿Cómo surge la idea de crear el espacio Conservas?
R: Estando en Barcelona, buscaba un espacio para trabajar y para vivir. En este tiempo, un año estaba sin casa y otro sin taller por lo que busqué un lugar que tuviera las dos cosas a la vez y encontré este espacio de dimensión humana, pequeñito y en el centro de la ciudad y en el que he vivido durante siete años y he hecho actividades en el mismo tiempo

P: Para aquellos que no conozcan aún el espacio, explíquenos: ¿en qué consiste?
R: Ha sido muchas cosas, porque existe desde 1992. Empezó como una vivienda donde al mismo tiempo se abrían las puertas para invitar a gente que hacía cosas raras a nivel internacional y donde yo enseñaba mi propia obra, abriendo a espacios de trabajo de arte y política. Es interesante ver cómo las herramientas artísticas se ponen al servicio de la transformación social, algo que ha evolucionado mucho porque cuando abrí en Barcelona, Conservas era uno de los pocos espacios donde se hacía teatro a nivel underground y novedoso. Era uno de los primeros espacios donde se realizaban performances o artes escénicas de forma más novedosa y abiertos a muchos grupos y formatos de festival. Hicimos varios ciclos, que es lo que derivo en el festival del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). En aquel entonces no había sitios donde se hiciera esto y existían pocos festivales de innovación y de arte visual tan disciplinar. Hemos ido evolucionando, se están haciendo más festivales de este tipo. Estamos cuestionando la utilidad de esta sobreproducción artística y esto deriva en intentar comprender cuál es la función del arte y rescatar así el uso de las artes escénicas en la transformación social. Ahora Conservas es un espacio y laboratorio de trabajo y arte alrededor de la política

P: La ubicación del espacio Conservas, en el barrio del Raval, ¿es una casualidad?
R: Cuando llegué a Barcelona existía la vieja leyenda que el Raval era peligroso y no se podía trabajar en él. En realidad, era mucho más barato aquí y siempre he estado acostumbrada a vivir en los centros de las grandes ciudades así que fue muy natural que acabara aquí…

P: Una de sus iniciativas más importantes ha sido el festival Inn Motion en el CCCB. ¿Cómo surgió la idea?
R: Surgió porque aquí hay un aforo de entre 60 y 80 personas y el trabajo que estábamos haciendo suscitó un interés muy grande, llegando al overbooking. Tenemos un público superior al aforo de la sala y pedimos al CCCB –que en aquel momento abría a grupos de colaboradores que hacían cosas un poco particulares y no tenían relación con artes escénicas– de poder hacer la programación con el formato de festival que hacíamos aquí. Así surgió Inn Motion y desde la primera edición recibió mil personas al día durante cuatro días. Era algo muy preparado después del trabajo que llevábamos haciendo desde hacía tiempo.



P: Además, también forman parte de Exgae, una asociación que lucha contra los abusos de la Sociedad General de Autores y editores. ¿Cómo surge la idea y qué persigue exactamente?
R: Exgae es con “x” como ex novio y lo que quiere explicar es precisamente que la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) representa un tipo de cultura antiguo y que para nosotros es algo del pasado. Yo soy activista de muchas cosas desde hace mucho tiempo como cosa natural, no me plantearía vivir de otra manera. En este momento se está viendo, también por el trabajo que yo hago dentro del gremio de mi profesión, que hay una gran necesidad de que se quiten los mitos y se liberen los flujos de la cultura y que la profesión pueda funciona dentro de unos ámbitos más libres y que no estén llenos de trabas. En realidad son trabas que la profesión no está pidiendo, todo lo contrario, está pidiendo que su trabajo fluya. Desde aquí, juntándome con otras relaciones que yo tenía con militancias de otro tipo, como la propiedad también en relación con el espectáculo Realidades avanzadas que hemos hecho y que trabajaba sobre la propiedad en general, surge este grupo de agilidad de otros muchos grupos de cultura libre y que acaba de organizar el festival Oxcars (el mayor festival de cultura libre de todos los tiempos.

P: En su opinión, ¿cuál es la situación actual del arte?
R: Realmente en relación con lo que decíamos, por un lado hay un gran desarrollo democrático a través de las herramientas digitales de la difusión de la cultura y del desarrollo artístico de todos los individuos, que es lo que yo siempre he pensado que no hay distinción entre un artista y un no artista. El arte es una pulsión humana. Por otro lado el capitalismo cognitivo en el que vivimos se apoya sobre la hiperproducción cultural, y entonces hay una inflación de producción cultural que mantiene, en ciudades como Barcelona, un modelo de crecimiento que utiliza el arte como propulsor de la centrificación y la limpieza y que realmente usa el arte como propaganda como el sentido antiguo. Ahora no es propaganda, es una parte estructural del capitalismo en que vivimos. Soy muy crítica con la profesión artística, porque pienso que avala el capitalismo y las reglas injustas en las que estamos viviendo y no se hace consciente y al mismo tiempo está empujando, con una parte de la profesión artística, para que no se pongan trabas al crecimiento con la excusa del arte, sino que los artistas, como se están intentando limitar derechos en nombre de ellos, pongan y asienten los principios a través de los cuales la circulación de cultura y del conocimiento y el intercambio entre iguales pueda crecer y mejorar. Por un lado soy muy crítica con la mayoría de la profesión, pero por otro veo que desde el mundo artístico se está recobrando una conciencia y una ética que se había perdido. 

P: En cualquier caso, ¿para qué sirve el arte? ¿Qué se puede conseguir con él?
R: Como decía, la función del arte se ha transformado mucho en relación a la realidad que vivimos actualmente. Creo que es un momento difícil y al mismo tiempo lleno de nuevos recursos porque al arte se le pide que justifique la sociedad capitalista y material en la que vivimos. Así pues, una gran parte del mundo artístico trabaja para promover y permitir la existencia del capitalismo y las injusticias que el mismo capitalismo provoca en la época en que vivimos. Al mismo tiempo, creo que la sociedad civil está preparada para trabajar y manejar los medios digitales y esto ha puesto en crisis la vacuidad de discurso artístico. Hay una un esfuerzo crítico de los artistas para volver a dar una función ética y de transformación al arte. Creo que es realmente difícil porque hace falta aportar nuevos métodos porque la sociedad civil está capacitada para proporcionar contenidos por ella misma, así que las personas que quieran hacer del arte su profesión –francamente no considero que mi profesión sea el arte, aunque es cierto que he trabajado y he investigado sobre cosas que me interesaban y las he desarrollado a través de un camino artístico- necesitan preguntarse cómo imaginarse y cómo poder interferir en la imaginación, ya que la sociedad civil lo está haciendo de manera sólida y eficaz y eso hace que la comunidad artística sea cuestionada y que deba encontrar métodos éticos para llevar a cabo sus trabajos artesanales.

P: Se ha dicho que usted es una artista subversiva, ¿está de acuerdo?
R: Me encanta decir que soy una amplificadora de los fenómenos en los que estamos sumidos. Me gusta visualizar y amplificar las posibilidades positivas de la realidad.

P: ¿Cree que existen preferencias por artistas internacionales, es decir, que viven fuera de España?
R: No. Creo que tanto una cosa como la otra son excusas… Depende. A veces se hace nepotismo a favor de lo extranjero y a veces se hace nepotismo a favor de lo que es de aquí. No creo que haya preferencias o distinciones.

P: Cambiando de tema, el 2008 ha sido declarado Año Europeo del Diálogo Intercultural. ¿Qué opina al respecto?
Yo temo mucho los “años de”, “aniversarios de” y este tipo de declaraciones por razones obvias. Creo que existen pulsiones inherentes a la sociedad y a todo lo que está sucediendo. Por ejemplo ahora: la crisis, la elección del presidente americano, el cambio en América… son los hitos en los que deberíamos centrar nuestra realidad, en pulsiones reales. Es por eso que yo siempre tengo ciertas dudas sobre estos temas forzosos e institucionales. Por eso tampoco tengo una opinión, porque normalmente no conozco estos acontecimientos organizados y centrados en un solo punto de atención. Así que no tengo mucho que decir al respecto.

P: Por último, ¿cuáles son sus proyectos más inmediatos?
R: Ahora tenemos que seguir con el trabajo que hemos hecho con los Oxcars y con todo el tema de cultura libre. También con un asesoramiento permanente para los artistas y los no artistas en temas de cultura libre para facilitar el uso de licencias de la cultura libre, etcétera. Esto es un trabajo permanente porque creo que la cultura libre es un modelo excelente de empresa dentro de un contexto de crisis, ya que el software libre es de las pocas empresas que empíricamente han demostrado ser el modelo más solidario y de intercambio de servicio entre iguales. Es un modelo eficaz de producción. Creo que es muy importante reflexionar acerca de ello en este momento. Como artistas tenemos que trabajar mucho en el tema de la reinserción de nuestro discurso por el sistema y en este sentido yo voy a estar trabajando en las formas, entre comillas. Vamos a hacer una película que se titula La confianza sobre la crisis, como desde el movimiento V de vivienda ya habíamos vaticinado lo que iba a pasar ahora y de cómo no se ha hecho caso a la población y de hecho se ha quebrado su confianza. También estamos trabajando sobre el tema femenino, hay aquí un problema sobre el tema del aborto que todavía no hay legislación sobre el tema…

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Salvador Pániker: filósofo, profesor, ingeniero… las muchas identidades de un hombre intercultural




Ver aparecer a Salvador Pániker es contemplar la llegada de un filósofo serio, tranquilo y con rostro amable. Sus rasgos delatan el mestizaje de su sangre india por parte de padre y catalana por parte de madre. Viene a presentar su última obra, Asimetrías (Ed. Debate), que algunos han calificado de un libro optimista, aunque el propio Pániker se define tan realista como para asumir la realidad, con los retos actuales que conlleva… si bien prueba a salir vivo de ello. Considera que los jóvenes van a entender perfectamente esta obra, ya que como dice, él también es joven, porque tiene todas las edades de la vida, parafraseando las palabras de su amigo Edgar Morán. “Es una de las ventajas de crecer”, resume. También señala la importancia de mantener la niñez –los niños tienen una conciencia cósmica que se pierde con la educación–, de sentirse más sorprendido y del feedback con las nuevas generaciones.
Hablando de su infancia, Salvador Pániker recuerda que su vida siempre estuvo ligada a la interculturalidad. Estudió en un colegio religioso de jesuitas que le despertó la sensibilidad mística, aunque, como reconoce, fue educado después de la Guerra Civil española, cuando los colegios hacían de todo menos educar. Quiso ampliar el panorama y empezó sus estudios religiosos dejándose llevar por otras influencias, de entre las cuales destaca la anglosajona. Su amplio conocimiento de la materia le da para afirmar que el cristianismo es maestro en el arte de adueñarse de cosas que han dicho o hecho otros. En este sentido, también sentencia: “Lo que no es tradición es plagio”.
Su perfil biográfico es de lo más variado. Es Doctor en Ingeniería, ha ejercido como profesor de metafísica en la Universidad de Barcelona y es filósofo por vocación –como su hermano Raimundo–. Él mismo se considera un outsider ya que probablemente fue uno de los pioneros en dedicarse a la ingeniería y a la filosofía. A pesar de ser mundos aparentemente opuestos, Salvador Pániker sabe encontrar el nexo común entre ambos: “la filosofía comienza cuando la ciencia hace preguntas que no puede responder”.
Su vida ha estado marcada por estas dos vertientes. Fue el fundador de la editorial Kairós en 1964, época en la que también presidía la Asociación de Amigos de la India en España –en la actualidad es Presidente de honor–. Recuerda que todo aquel que se acercaba por primera vez a las conferencias y reuniones del grupo, acababa por descubrir un mundo desconocido y fantástico. Durante años, ha sido un excelente divulgador del hinduismo y del budismo (no en vano, se ha formado en ideología oriental: una suma de la herencia familiar y de los estudios cursados). Desde hace años es Presidente de la Asociación Pro Derecho a Morir Dignamente.
Su discurso es claro, conciso y ameno. Siempre encuentra una anécdota, una cita, un chiste o un chascarrillo con el que completar su discurso. Ante la pregunta de por qué lo hace, contesta que no sabe si es para amenizar sus explicaciones o simplemente porque le sale así. Quizás le viene de su época de profesor. Este pensador generalista (y también de ciencia) también ha realizado colaboraciones periodísticas, uno de los géneros que utiliza en sus obras, junto con la filosofía, el dietario o la autobiografía. Cuando le preguntan por qué escribe sobre él mismo, es sincero: “Escribir un diario es algo terapéutico. Yo lo hago para sentirme en pie y para dar un testimonio profundo y ameno. El libro es una condensación de lo que he sido”. En sus publicaciones intenta mantener el equilibrio entre el relativismo y el nihilismo, aunque también se puedan considerar libros de autoayuda. Admite que no le preocupa la imagen, ni la suya propia ni la que otros tienen de él, aunque revela la importancia de la identidad y explica que en la actualidad todas las combinaciones identitarias son posibles. Y es que por suerte, hoy en día no se tiene una sola y no se representa un único papel. Las identidades son variables y múltiples. Como múltiples son los conceptos que utiliza en sus charlas y escritos. Destacan el hibridismo, el mestizaje (por cuestiones obvias), la socialdemocracia, el nihilismo, la posmodernidad, la política (Tutto è politico, como rezaba Antonio Gramsci), el agnosticismo o la retroprogresión (concepto que el propio Pániker ha creado).
La sociedad actual le preocupa y admite que está anestesiada por el consumismo. “Las cosas cada vez son más complejas e inciertas, así que la gracia es sobrevivir”, añade. Cree profundamente que no estamos educados para vivir en una sociedad relativista y precisamente de eso nacen los fundamentalismos, para tener algo a lo que agarrarse, a pesar de lo destructivo del tema. “La fe sigue siendo el sentido de lo real, a pesar de que la gente la confunde con la creencia”, concluye. A pesar de todo, para Salvador Pániker lo más interesante es que se propaguen las ideas.
 



 

Más información:
Editorial Kairós:  
Asimetrías (Ed. Debate):  



ENTREVISTA VALÉRIE TASSO



“El diálogo intercultural sigue siendo una incógnita y por tanto una esperanza”



Valérie Tasso es una mujer inteligente, atractiva y segura de sí misma. Dice lo que piensa, no sin antes reflexionar mucho. Francesa instalada en Barcelona desde hace más de quince años, se ha colado en las listas de los escritores de ficción más vendidos en lengua castellana. Sus libros hablan de las relaciones personales, de la cultura, de la vida y del sexo. Un tema para el que no tiene tabúes, pero sí mucha polémica y morbo… Ahora sigue de actualidad en España con el estreno en cines de la película basada en su primera novela (autobiográfica) Diario de una ninfómana. Fotos: Mireya de Sagarra

Uno de los temas de actualidad en la vida cultural de España en las últimas semanas ha sido el estreno de la película Diario de una ninfómana. ¿Por qué cree que se ha hablado tanto, llegando incluso a censurar el cartel del film?
El estreno de la película basada en mi primer libro ha vuelto, creo yo, a poner en claro alguna de las contradicciones de nuestra inmaculada cultura; una cultura que no teme, por ejemplo, hacer manifestación explícita de la violencia como actividad social pero que se horroriza, o le entra la risa tonta, cuando se habla de nosotros como de seres sexuados con derecho a ejercer esa condición desde la responsabilidad que da el ejercicio de la propia libertad. Especialmente, cuando ese retrato de nuestros sistemas de valores se hace desde lo más temido y repudiado del hecho sexual humano; el deseo femenino y el deseo de reivindicar ese deseo. Lo que se muestra en toda esta polémica no son unos relatos más o menos sicalípticos o una joven introduciendo su mano entre las bragas, sino una cultura de la mortificación, el sacrificio y la privación de goce. Una cultura que hemos construido (o que nos han construido los que afirman y no cuestionan) más para nuestro pasmo que para nuestra crítica.

Parece que la polémica le persigue… Empezó con la publicación del libro Diario de una ninfómana y no ha cesado. ¿Se siente a gusto con tanto revuelo alrededor de su figura?
Decía Confucio que no hay que afligirse porque los demás no lo conozcan a uno sino porque uno no conozca a los demás. Lo que me parece un escándalo es que alguien como yo pueda escandalizar. No soy persona amante de los revuelos, pero sí es cierto que siento una especial inclinación a desmenuzar prejuicios, a descubrir qué esconden, cómo se conforman o a quién benefician… La polémica es inherente a cualquier espíritu crítico, pero intento siempre evitar el espectáculo de la polémica.

Ha demostrado que no tiene ningún tipo de reparos ni tabúes a la hora de hablar de sexo. ¿Sucede lo mismo en otras facetas de la vida (política, sociedad, cultura, etc.)?
Tengo tabúes (que es un término de origen polinesio que significa “no-tocar”) a la hora de abordar cuestiones en las que no me siento suficientemente segura como para abordarlas, temas en los que mis manos titubean y que creo que tocándolos no les voy a hacer ningún bien o no voy a poder aportarles nada.


Usted ha estudiado Dirección de empresas, Lenguas extranjeras aplicadas, Ciencias económicas, Interculturalidad. ¿De dónde surge esta variedad de disciplinas?
De la líbido. Todas tienen dos cosas en común: una formación académica de carácter empresarial y el tener más curiosidad que altura (aún con tacones del doce).

¿Cómo decidió iniciar el doctorado en Interculturalidad?
Porque nunca he temido al otro. Siempre he pensado que, comprendiendo al otro, sería más capaz de entenderme a mí misma, y para ello hay que saber gestionar la diferencia y no negarla. Siempre he sido más partidaria de la pluralidad que de la integración y de la comprensión que de la tolerancia. Esto no siempre ha sido fácil explicarlo…por ejemplo a mi madre, cuando aparecí a los dieciséis con un novio de Costa de Marfil.

¿Cómo y cuándo decide instalarse en España?
En el año 91, a raíz de un periodo de prácticas en Barcelona tras mis estudios de doctorado realizados en Estrasburgo. Llegué a Barcelona con muy pocas cosas (bragas, un diccionario y 15.000 pesetas) y con más hambre que recursos.

El 2008 ha sido declarado Año Europeo del Diálogo Intercultural. ¿Qué opinión le merece la iniciativa?
Creo que el diálogo intercultural es nuestra única esperanza. Sabemos perfectamente dónde nos conduce el enfrentamiento intercultural, pero el diálogo sigue siendo una incógnita y por tanto una esperanza. Espero que esta iniciativa no acabe siendo algo así como el día de la madre; algo que beneficie a los que venden, olvide a los bastardos y estandarice y simplifique a las madres.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
En el ámbito de la escritura, una obra de ficción, en el ámbito del estudio profundizar en el bellísimo asunto de la transexualidad y en el personal dormir un poco, aunque sólo sea un poco…

Besos de chocolate con todo el sabor de Cuba




Nacida en el barrio de El Vedado de La Habana (Cuba), Lucrecia Pérez Sáez se interesó desde muy pequeña por todo lo que tenía relación con la música. Con solo siete años, mientras pasaba su infancia en Guanabacoa, empezó sus estudios musicales y se acabó licenciando en piano en el Instituto Superior de Arte de Cuba y cumplimentó esta especialidad con las clases de canto. Llegó a participar como cantante y teclista en la orquesta Anacaona y se fue de gira por todo el mundo, hasta que llegó a España. Y se quedó a vivir en Barcelona. En 1993, Lucrecia participa en el Festival de Boleros de La Habana y resulta una de las artistas más destacadas. Ese mismo año es finalista del concurso para seleccionar al representante cubano del festival de la OTI.

Su discografía
Un año más tarde, en 1994 publica su primer disco, Me debes un beso, realizado y producido por ella misma. Su segundo álbum, Prohibido, ve la luz en 1996 y también repite en la experiencia en la realización y la producción. De este trabajo se extrae la canción La noche de la iguana, de Juan Pablo Silvestre, que sirve de tema principal de la banda sonora de la película Balseros, nominada al Oscar por el mejor documental en 2004. El mismo año se edita su tercer disco, Mis boleros. En 1997 aparece en el mercado Pronósticos y posteriormente Cubáname, donde una vez más, Lucrecia produce y dirige musicalmente su trabajo. Es precisamente en este trabajo donde se encuentra la versión de la canción Youkali de Kart Keill y Fernay, que sirvió de tema central de la película Segunda piel, dirigida por Gerardo Vera y protagonizada por Ariadna Gil, Javier Bardem y Jordi Mollá. Más tarde llegaría Agua, donde se ve su evolución musical y personal. La maternidad ha cambiado su visión del mundo, pero también se aprecia un virtuosismo vocal, fragilidad, alegría, sensualidad y fortaleza que siempre la han caracterizado. Un estilo más elaborado, pero con la esencia de Lucrecia, muy presente en canciones como Mi gente. Su último trabajo hasta la fecha es Mira las luces, con los coloridos ritmos cubanos y románticos boleros a los que nos tiene acostumbrados.

Una artista polifacética
Además de sus propios trabajos musicales, Lucrecia ha colaborado con cantantes de fama internacional, como Chavela Vargas, Paquito D’rivera, Albita, Chano Lobato, Manzanita, Alex Acuña, Lluís Llach o su adorada amiga Celia Cruz. Pero su trayectoria artística no acaba en el mundo de la canción. La cubana ha participado como actriz en Ataque Verbal, film dirigido por Miguel Alvadalejo, compartiendo reparto con Adriana Ozores, Antonia San Juan, Sergi López, Elvira Lindo o Antonio Resines, entre otros. Pero uno de sus papeles más carismáticos, sobre todo para los más pequeños, es su aparición en el programa infantil Los Lunnis (emitido por Televisión Española). Este espacio televisivo cuenta desde hace un tiempo con la participación de Lucrecia, que se alía con los simpáticos muñecos para explicar a los niños y niñas españoles todo tipo de cuestiones de la vida diaria: la hora de ir a la cama, las clases escolares, la alimentación, la amistad, etc. También tiene tiempo para ser la imagen de entidades o certámenes, como la muestra del chocolate (celebrada recientemente en Barcelona), donde Lucrecia participó en varias actuaciones como cuenta cuentos y cantante.
Pero esto no es todo. Por si fuera poco, esta cantante, actriz y presentadora, también tiene tiempo para escribir. Su primera, y de momento única, incursión en la literatura ha sido el libro infantil Besitos de chocolate. Cuentos de mi infancia (El Aleph, 2006). Una todoterreno querida por el público, por su simpatía, su dulzura y optimismo.

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Lo que ha unido la música, que no lo separe el hombre


Tradicionalmente, Latin King y Ñetas eran dos organizaciones de bandas latinoamericanas rivales relacionadas con la violencia. Desde hace poco más de dos años y medio han trabajado juntos con los casales del distrito de Nou Barris de Barcelona. De esta colaboración ha surgido el proyecto Unidos por el Flow, que toma herramientas educativas como la música, la danza, el teatro o el arte urbano (especialmente del hip-hop) para conseguir una transformación social que se traduzca en convivencia, no violencia, relaciones de género o interculturalidad. La iniciativa nace para potenciar las habilidades artísticas de los jóvenes y ofrecerles así una oportunidad profesional que pueda servir para encaminar su futuro artístico. “El gran potencial de la música rap y la cultura juvenil generan un movimiento que denuncia los problemas que sufre nuestra sociedad. En Unidos por el Flow nos sentimos comprometidos para luchar contra estos problemas y establecemos como líneas de actuación la difusión y la divulgación de nuestra filosofía, y la entrega activa a los movimientos sociales que buscan cambios positivos”, señalan desde la entidad.

Los inicios
La asociación Unidos por el Flow nace en el Kasal de Joves de Roquetes (ubicado en el distrito barcelonés de Nou Barris), un barrio que atraviesa un cambio generacional importante. Cuenta con nuevos adolescentes procedentes de América Latina, África o Europa del Este, que siguen modas urbanas como el graffiti, el skate, el reggeaton, el hip-hop o el break dance y se reúnen en plazas, organizados en grupos como los Ñetas o los Latin King –con conflictos entre ellos–. Esta realidad lleva a los casales de jóvenes a perder muchos usuarios de la franja de edad con la que habitualmente trabajan, mientras observan como la primera e incluso la segunda generación de los nuevos vecinos tiene problemas de integración. Para poner remedio a la situación y acercar a estos grupos de jóvenes a los equipamientos públicos y las asociaciones de jóvenes de la zona, se pusieron en contacto con las bandas Latin King y Ñetas, así como con otros chicos y chicas que no pertenecían a ningún grupo.
Las Pistas (en Vía Favencia, Barcelona) fueron el escenario del primer concierto organizado por Latin Kinas y Ñetas en 2005. De ahí surge la idea para consolidar la unión de los jóvenes y permitir que puedan darse a conocer de una forma más positiva que la que tenían hasta el momento. Y todo gracias a la música, especialmente el hip-hop. Así pues, nace Unidos por el Flow, una asociación que trabaja con los jóvenes del barrio. El resultado es un documental, un libro y un CD que reflejan la labor desarrollada por el Kasal de Joves de Roquetes, la Asociación Ñeta de ayuda al confinado, la Nación Todopoderosa de Reyes y Reinas Latinos, la Asociación Cultural de reyes y reinas latinos de Catalunya, la Banda visual, Roquet project, Aso juvenil de prospe, el Ateneo Popular de Nou Barris, Reds,  Rai,  Nou Barris Acull o Mujeres en escena.

Dos años de trabajo
Para hacerse una idea de cómo ha sido el proceso de esta iniciativa, lo mejor es ver el documental que han elaborado Almendra Salazar y Xaime López. En 40 minutos se muestra el proceso y las etapas por las que han pasado los participantes del proyecto, las dificultades y los éxitos. En definitiva la historia de muchos ellos, con las sabias aportaciones del antropólogo Carles Feixa, así como los testimonios de los portavoces de las organizaciones en forma de entrevistas. López también ha sido el coordinador general de la obra colectiva de teatro musical Más que tres, interpretada también en clave de hip-hop.
El libro es un registro textual y gráfico de la vida de cada uno de los jóvenes artistas que han participado en el proyecto, que puede servir para comprender el fenómeno de la inmigración juvenil. La publicación cuenta con la visión de los antropólogos Carles Feixa y Oriol Romaní sobre el fenómeno de los Latin King en España. La periodista Patú Antunes, coordinadora del libro, explica que se encontró con chicos y chicas ávidos de ser protagonistas de su propia historia. Por último, el disco (editado en formato CD en noviembre de 2008) producido por Arnold Marian Bevries ‘Ragatek’ y Fernando Redondo Miranda ‘Dinky’, que incluye 16 temas de hip-hop y reggaeton escritos e interpretados por los chicos y chicas del proyecto. Bajo el título Unidos por el Flow, representa los más de dos años de trabajo comunitario en el que los jóvenes han aprendido a componer y rapear gracias a los talleres de disc jockeys, canto, teatro social o producción musical. Con estas herramientas han creado y transmitido vivencias y experiencias en primera persona. Pero lo más importante es que han conseguido huir de los estereotipos que habitualmente se les atribuyen, estimular sus habilidades artísticas y abrirse camino con oportunidades profesionales.

Romeo y Julieta en el estrecho de Gibraltar


En una época en que la inmigración ilegal es noticia casi a diario, en que semana tras semana llegan cayucos a las costas españolas, es bueno echar la vista atrás y buscar algunas respuestas. Quizás una buena opción, aunque sea a través de la literatura es Ramito de hierbabuena (Plaza & Janés, 2001). La ficción y la realidad se mezclan la que ha sido la primera novela española que aborda el fenómeno de la inmigración clandestina en ese país. La historia de Maimuna y Habib no es real, pero podría serlo: un amor truncado en las traicioneras aguas que separan África de Europa, en busca de un futuro mejor en el viejo continente. Por desgracia, hay que buscar en las bibliotecas o en mercados de segunda mano, porque se encuentra descatalogado, pero la búsqueda vale la pena…

La historia
A partir de las investigaciones policiales de los asesinatos de unas jóvenes marroquíes en España, el lector conocerá el amor de la joven pareja. La pasión entre los dos amantes, como tantas otras veces, se quiebra cuando la muchacha debe casarse con un hombre mayor que ella, al que no ama, pero que asegura el patrimonio de la familia. Mentiras y engaños, que se acaban descubriendo y hacen que la llama de la pasión vuelva a encenderse entre Habib y Maimuna (a la que cariñosamente llama  ‘ramito de hierbabuena’ –takebitnanaa).
El chico se debate entre la posibilidad de un futuro mejor lejos de su país y su recelo hacia esa sociedad que se presenta como la solución a los problemas económicos de su familia. Como le sucede a buena parte de los jóvenes del Maghreb, Habib decide emprender su viaje hacia Europa, en busca de estabilidad económica, no sin antes haber trabajado en negocios de dudosa legalidad. Ya en España, su reencuentro con Maimuna sólo depende de una gran suma de dinero para cruzar el estrecho de Gibraltar. Para conseguirlo, la muchacha tendrá que sufrir un entorno hostil y numerosas circunstancias adversas, pero su amor por Habib le ayudará a superar todas las dificultades y emprender, por fin, el viaje rumbo a Andalucía. La mañana anterior al viaje, recibe la llamada de su amado: “En cualquier caso ir a su encuentro nada más llegar a tierra, sin entreteneros para nada. Son dos marroquíes que llevan una furgoneta blanca. Ellos saben vuestros nombres. Si por alguna circunstancia no los encontraseis, que no se os ocurra hacer autostop, pues os descubrirían enseguida. Ocultaos en algún sitio y esperad a que sea de día […] Que tengáis mucha suerte, cariño. Y ten mucho cuidado, takebitnanaa. Hasta dentro de unas horas, mi vida”. Pero tras esas horas, Habib no encontrará nada más que el cuerpo sin vida de Maimuna, arrastrado por las olas del mar Mediterráneo. Todo por culpa de una consecuencia fatal a poca distancia de su sueño: un futuro mejor en compañía de su amado. Una vez más, las traicioneras aguas del estrecho truncan una historia humana de supervivencia, de resistencia, pero sobre todo, una bella historia de amor.
Hablamos de una novela, de una historia de ficción, si bien el autor se ha basado en la dramática realidad que se vive a diario en ambos lados del estrecho de Gibraltar. Cientos de jóvenes que deciden arriesgar sus ahorros, sus pertenencias e incluso su vida en busca del ‘sueño europeo’. Esta  situación sirvió como argumento a Gerardo Muñoz Lorente, que quedó muy impactado tras la aparición de unas fotografías de una joven marroquí en las playas de Tarifa (Cádiz).
La historia de amor entre Habib y Maimuna no es más que una excusa para contar un fenómeno cada vez más presente en la sociedad española: la inmigración clandestina. “Vosotras sois marroquíes, queridas. Y a los españoles les resultará muy fácil identificaros como tales. De modo que, si os pillan, aunque no llevéis documentación, tened por seguro que os expulsarán enseguida. Os traerán de vuelta y vuestro esfuerzo no habrá servido para nada”, reza uno de los fragmentos de la obra.

El autor
Muñoz conoce bien esa realidad. Nació en Melilla en 1955, donde pasó gran parte de su juventud. Hombre comprometido con la libertad, la justicia social y el progreso, compartió durante años su vocación literaria con una activa vida política. En 1981 se trasladó a Alicante, ciudad en la que fijó su residencia. Afiliado al partido Centro Democrático Social (CDS) fue diputado en las Cortes Valencianas a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Por aquella época fue elegido presidente de su partido en la Comunidad Valenciana. En la actualidad está afiliado al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Desde que se publicara su primera novela en 1987, El fantasma de Lucentum (Acervo), siempre ha recibido buenas críticas en España. Durante este tiempo su obra se ha completado con novelas cortas, relatos, ensayos, diccionarios y novelas. Entre sus novelas destaca la trilogía  La plica de Balbino el Viejo (Equipo Sirius, 2003), A la cuna del sol divino (Editorial Club Universitario, 2002), El Rosario de Mahoma (Equipo Sirius, 2004), La semilla de la Dama Negra (Equipo Sirius, 2005), Asesinato en Molívell (Equipo Sirius, 2006) o Refugio de libertad (Equipo Sirius, 2006). Los escritos sobre la inmigración y el mundo árabo-musulmán no acaban en Ramito de hierbabuena. Gerardo Muñoz ha publicado dos ensayos relacionados con las religiones: Los falsos fundamentos del cristianismo (Editorial Club Universitario, 1999) y Los mensajes del Corán (Editorial Club Universitario, 2002). Además de su producción literaria, es autor de más de 200 artículos periodísticos y colaborador de la emisora Radio Alicante (SER) y del diario alicantino Información.

¿Realidad o ficción?
Ramito de hierbabuena se nos muestra como una ventana abierta a la realidad en la que no falta ningún personaje: los amados, sus familiares, el hermano déspota, el marido elegido para la joven Maimuna contra su voluntad, las sirvientas, los mafiosos, la policía española, las gentes marroquíes y andaluzas... La vida cotidiana en el corazón de Marruecos, las costumbres de sus habitantes, las actividades de las mafias que trafican con personas, la desesperación de los inmigrantes por conseguir un futuro mejor, la lucha por la supervivencia e incluso el racismo y la corrupción de los poderes políticos de ambos lados del estrecho se ven reflejados en la novela.
Todo ello contado por un narrador omnisciente, que todo lo sabe, hasta el último detalle y deja poco espacio a la imaginación. Sin duda un trabajo de documentación exhaustivo y completo por parte de Gerardo Muñoz, que consigue atrapar al lector y emocionarlo hasta casi formar parte de la historia. Y es que Ramito de hierbabuena no deja indiferente.

ENTREVISTA ALEJANDRO STOCK




“La experiencia migratoria es personal, intransferible y casi intransmisible”



“Para mí el arte es un acto de libertad, no se puede llegar a un lienzo en blanco o a un papel o a cualquier herramienta de expresión con limitaciones, o por lo menos no debería ser así. Yo ya he pagado y sigo pagando un precio muy alto por no bajar la cabeza y así poder seguir siendo fiel a mí mismo, al arte (que es mi vida) y a la libertad. Ya no tengo expectativas basadas en el ego que busca el éxito. Solo quiero crear. Transmitir. Contribuir a crear puentes que acerquen a las culturas y a quienes las conformamos”. Así se presenta Alejandro Stock, artista pluridisciplinar nacido en Uruguay y residente en España. Fotos cedidas por Alejandro Stock
 
¿Cómo y cuándo empezó su interés por el arte?
El arte es parte de mi vida desde que tengo uso de razón. En realidad no es parte, es mi vida. He tenido la suerte de conocer mi vocación desde una edad muy temprana y haber sido comprendido y estimulado para practicarla. De pequeño, con cuatro o cinco años, cuando me preguntaban “¿y tú qué quieres ser de mayor?”, siempre respondía: pintor. En el cómo, le puedo contar alguna anécdota de las tantas que pueblan mi memoria: los sábados por la mañana mi abuelo Moisés Silberman tomaba té con su amigo el maestro José Cúneo. Yo le acompañaba y mientras ellos tertuliaban, Don José me ponía ejercicios de dibujo para que yo realizara, imagino también para que no molestara mucho (risas). Me recuerdo a mí muy pequeño, en las fiestas de familia, dibujando en algún rincón y copiando objetos, jarrones, etc. Todavía conservo muchos de esos dibujos fechados al dorso por mi abuelo o mi madre y algunos son de cuando tenía tres años.

¿Cuándo llegó a España y con qué motivo? ¿Dónde se instaló?
Llegué a finales de 1993 y el motivo era viajar, aprender, conocer mundo y absorber cultura. Siempre aclaro que yo no “me vine” a España, si no que “vine” a España y me fui quedando. Mi primera parada fue Galicia, en casa de mi amigo de infancia Alejandro Vaguetti. Desde allí empezó el periplo, –no sólo por España– con una mochila a la espalda y una carpeta bajo el brazo, que acabó seis meses después en Madrid. En ese tiempo de trenes y albergues, dedicaba casi todo mi tiempo a ver museos, arquitectura y observar a la gente y de todo tomaba notas en cuadernos que todavía andan por ahí acumulándose con libretas de otros viajes, ya que no he perdido todavía el vicio de tomar apuntes, notas y dibujos en los viajes o tomando un café. Con respecto a dónde me instalé, la verdad es que he tenido un recorrido largo y de mucho aprendizaje. Así como en Uruguay había nacido y vivido toda mi vida en la misma casa, aquí cambié de vivienda doce veces en diez años. Con esto también tuve la oportunidad de vivir en diferentes barrios de Madrid y así conocerlos palmo a palmo y con ello entender más el entorno humano y la estructura del tejido social. 

Se podría decir que usted es un artista completo, ya que trabaja en diferentes disciplinas (fotografía, escultura, pintura, textos, etc.). ¿Cuál ha sido su formación y dónde la ha realizado?
Ante todo, creo en la formación profesional en cualquier cosa que se desee hacer en la vida, así como en las vivencias que alimentan el discurso y el conocimiento del mundo que habitamos. Ambas son complementarias y a mi modo de ver imprescindibles. Estudio arte desde los cinco años, cuando ingresé en mi primer taller; luego, con los años he incorporado centros de formación artística, cursos públicos y privados, talleres, universidades, seminarios, un doctorado, un master, idiomas y una beca, todo en Uruguay, España y Estados Unidos. Una formación variada y amplia (que continúa), siempre rodeado por un entorno afectivo que supo transmitirme el amor por la cultura y el respeto por la expresión. En paralelo a la educación formal que antes mencionaba he podido viajar, residir en diferentes ciudades y conocer diferentes culturas, observar e investigar, descubrir y aprender.






Cuéntenos, ¿de qué habla su obra?
Hablo de muchos temas, pero siempre hay algunos elementos recurrentejavascript:void(0)s en el concepto sobre el que trabajo: la memoria, el aprendizaje, el ser humano, el amor, el perdón, el lenguaje, la búsqueda y el cambio. Para expresarlos utilizo una cosmogonía sencilla (que no simple) y juego con ella para montar y articular el discurso. Me resulta muy interesante cuando me doy cuenta que en la década de los 80, en Uruguay, investigaba acerca de la memoria acarreada por los emigrantes europeos que conformaron la sociedad del Cono Sur, de la que desciendo –Memoria Genética– y ahora, 20 años después y desde el otro lado del océano, en un juego de idas y vueltas de carabelas, investigo sobre la memoria acarreada por los emigrantes que conformarán contra viento y marea, esta sociedad a la que también pertenezco –Memoria Migrante–. Una amalgama de pasados, presentes y futuros probables, desde el aquí y ahora. También hablo del palimpsesto, de la superposición de capas que conforman la memoria de una sociedad y de como, a la  larga, todas se hacen visibles, pero al igual que sucede en un fósil, es difícil diferenciarlas.  Hablo del espacio vital, pues creo firmemente que es suficiente para todos, aunque todavía muchos no se han dado cuenta; del amor y del perdón como las herramientas para construir y enfrentarnos al miedo y al dolor; del movimiento y del cambio, de las personas, de lugares, de aprendizajes.  




¿A qué ciudades y museos ha llevado sus creaciones?
A estas alturas y con más de 250 exposiciones, las obras han estado en diferentes ciudades, en países de varios continentes. Siempre en sitios a los que se puede acceder con una carpeta en mano y la obra como carta de presentación (que cada vez son menos). Soy de la vieja escuela, de la época en la cual los directores de arte iban al taller de los artistas, dialogaban in situ; donde la creación se puede palpar y oler.

Según usted, ¿la historia personal de cada individuo es influyente y determinante para el desarrollo de su carrera profesional? ¿Cree en la importancia autobiográfica?
Pienso que un individuo es la sumatoria de su historia, y que un artista auténtico es su obra, más o menos disfrazada para el público, más o menos accesible en su lenguaje, pero al fin y al cabo su obra. Por otro lado somos seres sociales, formamos parte de la sociedad con su historia y su presente. Supuestamente los artistas deberíamos ser una especie de periscopio del submarino, tomando conciencia y haciéndonos responsables del discurso público que significa mostrar una creación. O sea, la obra siempre es autobiográfica y social, son conceptos indisociables. Así como también la creación es un acto de libertad, aunque una gran parte de la dinámica de hoy en día en la gestión de la cultura –por suerte no toda– no lo vea ni maneje así. Entre el discurso creativo (la obra) y la exposición de la misma se han interpuesto muchas terceras figuras (me lincharán una vez más por decir esto), lo cual mas allá de la manipulación y la creación de un discurso hecho por otros lejanos al artista, va haciendo que la distancia entre creador y público, desgraciadamente, se haga muchas veces muy grande. Cuando en definitiva es esa interacción el puente inter e intra cultural que nutre y comunica, tanto a una parte como a otra. Desde mi punto de vista, crear no debería ser llamar la atención o hacer ruido porque sí, si no un cóctel de denuncia, cuestionamiento y si fuera posible, un abrir rutas de salida.

¿La inmigración es un trauma que queda para siempre?
Yo preferiría cambiar la palabra trauma por aprendizaje, suena menos doloroso y más positivo u optimista (que es mi postura). La experiencia migratoria es personal, intransferible y casi intransmisible. A ello se suma que cada persona en base a su propia estructura y personalidad vive cada hecho de una forma diferente, lo que puede ser un obstáculo para unos puede ser un reto para otros. La migración es un proceso complejo…

El 2008 ha sido declarado año del Diálogo Intercultural en Europa. ¿Qué opina de la iniciativa?
Como titular suena muy bonito. ¿Es real? ¿Diálogo entre quiénes y quiénes? ¿Quiénes se llevarán esta vez las subvenciones? ¿Qué resultados se esperan?, ¿Quiénes se beneficiarán de este diálogo? En el terreno que me toca, el arte: ¿serán los de siempre los que participarán del diálogo?...

¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
Seguir trabajando. Seguir creando. Esperar que algún día proyectos grandes y sólidos como la Memoria Migrante u otros que están aquí en el taller puedan ser mostrados en algún espacio al que pueda acceder sin enchufes. Pero hasta entonces y después de entonces, seguir creando, que es mi idioma y forma de vida, mi necesidad de expresar que el mundo puede ser un lugar mejor del que lo hemos convertido.

Más información: www.alejandrostock.com

Sico Bana África: ritmos, tradición y danza





Para muchas personas, la música es un elemento fundamental en sus vidas. Es el caso del senegalés Djibril M’Baye. Su pasión por las melodías y los ritmos nace en su más tierna infancia, en el seno de su entorno familiar de griots, los que según las tradiciones locales poseen la ciencia de la música. Siendo muy joven empezó tocando percusión en su país y actuó en el Ballet des Africains Noirs en Dakar. Durante esa época, la compañía organizaba conciertos, actuaciones y animaciones en hoteles, fiestas tradicionales e incluso celebraciones familiares. Un tiempo más tarde, en el año 2000, llegó a la isla española de Mallorca con un contrato de trabajo de seis meses en la empresa Romantic Show. Desde entonces no ha abandonado los teatros, salas de fiestas, plazas de pueblos, centros escolares y culturales o los festivales. Sus espectáculos están constituidos por una parte de percusión instrumental con djembés, dumdums y coras; y otra parte de danza africana. La actuación se adapta en función del escenario y el público, pero la tradición del vestuario, los sonidos y los ritmos están siempre presentes. Normalmente, los espectáculos del grupo Sico Bana África se componen de cuatro percusionistas y tres bailarines, que durante casi dos horas bailan, tocan instrumentos y hacen partícipe al público, ya sea con la danza o los ritmos.
Pero además de en su grupo de percusión, Djibril M’Baye trabaja para la difusión de la cultura africana entre la población española y lo hace con talleres, donde se explican las tradiciones musicales, haciendo especial hincapié en los bailes y orígenes de los instrumentos aunque últimamente también realiza actividades para empresas  con el fin de fomentar el trabajo en equipo por medio de los ritmos de la percusión. El perfil de los que acuden a sus clases es básicamente gente joven, de entre 16 y 30 años y de ambos sexos, que tienen en común un creciente interés en los países africanos y con deseos de aprender más acerca del tema.
Para Djibril la interculturalidad “es un trueque entre los diferentes pueblos para poder llegar a un entendimiento entre ellos. Ponerse en lugar del otro, aprender del otro”. Según su parecer, se debería trabajar desde diferentes campos para conseguir un intercambio entre culturas, pero el primordial sería en la educación de los más pequeños.
Sobre el Año Europeo del Diálogo Intercultural, opina que cualquier iniciativa al respecto es bienvenida, si bien se deberían de llevar a cabo actividades y proyectos durante todos los años, ya que el conocimiento de otras culturas es primordial para evitar los enfrentamientos o choques entre pueblos de distinto origen.
¿Y cómo es un día en su vida? Nos cuenta que se organiza y pasa algunas horas buscando trabajo, contactando empresas, ayuntamientos o centros escolares para conocer la posibilidad de tocar en conciertos u organizar talleres, por ejemplo. Parte del tiempo lo dedica a ensayar con Sico Bana África y preparar las actuaciones programadas, pero no olvida un aspecto importantísimo en su vida: la familia.
Sus proyectos son de lo más variado. De hecho, ha llegado a participar en campañas publicitarias con sus actuaciones y aunque es una innegable promoción para su grupo, Djibril confiesa no estar del todo de acuerdo con esa forma de consumo. Ahora, por el momento, trabajan en el proyecto Educa África, que está consolidado y enfocado a fomentar la interculturalidad, desde los ámbitos público (ayuntamientos), privado (empresas) y educacional (colegios).



Alterio, una saga de actores argentinos




Nacidos al otro lado del charco, tuvieron que emigrar a España obligados por la situación que se veía en su país. El padre, Héctor, deja Buenos Aires por motivos políticos y con él se lleva a su esposa y a su prole: Ernesto y Malena. En Argentina ya se fraguó una profesión que seguirían sus hijos, la actuación. Una vida dedicada a los escenarios y a las cámaras. O mejor dicho, tres historias de familia con puntos en común: el apellido y la ocupación laboral.


Héctor Alterio
El patriarca de la familia nace en Buenos Aires el 29 de septiembre de 1921. Desde joven se siente atraído por el mundo de la actuación, así que decide cursar estudios de arte dramático. Entretanto llega su debut teatral, en 1948, cuando protagoniza Prohibido suicidarse en primavera, una obra de Alejandro Casona. Finaliza los estudios y en 1950 crea la compañía Nuevo Teatro, con la que renueva la escena argentina de los años 60, aunque la fama le llega con sus papeles en la gran pantalla. Desde su primera aparición en 1965 con Todo sol es amargo de Alfredo Mathé, su carrera cinematográfica ha sido de lo más prolífica, interviniendo en algunas de las mejores películas de la época: Argentino hasta la muerte, La fidelidad, La venganza del beto Sánchez, El santo de la espada, La mafia, Los siete locos y La Patagonia rebelde, por la que consigue el Oso de Plata en el Festival de Berlín.
En el terreno personal siguen los éxitos que llegan en forma de descendencia. En 1070 nace Ernesto, su primer hijo, fruto del matrimonio con su esposa, la psicóloga Tita Bacaicoa. Pero en 1974 la familia abandona su Argentina natal –debido al activismo político izquierdista de Héctor– tras el golpe de estado que tuvo lugar en el país poco tiempo después del nacimiento de su hija Malena, por lo que se ven obligados a huir a España. Un año más tarde, es amenazado de muerte por la Alianza Anticomunista Argentina, un grupo paramilitar de ultraderecha de la República Argentina, motivo por el cual decide no regresar a su país. Desde esa misma época, su participación en producciones españolas ha sido más que destacable. Memorables son A un dios desconocido (premio al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián), El crimen de Cuenca, El nido (película nominada al Oscar y premio al Mejor Actor de la Asociación de Cronistas de Nueva York), Don Juan en los infiernos y El detective y la muerte, aunque quizás, su actuación más entrañable de los últimos tiempos es la que lleva a cabo en el film El hijo de la novia. Más de setenta películas a sus espaldas, interpretando a personajes de todo tipo, han hecho de él un rostro más que familiar en las grandes pantallas de medio mundo. Por si fuera poco, su carrera artística incluye también decenas de obras de teatro e incluso teleseries. Su legado seguirá vivo con sus dos hijos, Ernesto y Malena, también actores. Precisamente, fueron sus vástagos quienes entregaron a Héctor el Goya de Honor en 2004, premio que dedicó a su mujer, a sus hijos, a la Argentina, a la Unión de Actores y, decididamente, a la libertad de expresión.


Ernesto Alterio
La vida de este joven actor empieza el 25 de julio de 1970 en Buenos Aires. Su más tierna infancia transcurre en casa y rodeado de sus padres: el actor Héctor Alterio y la psicóloga Tita Bacaicoa. Con apenas tres años y medio ve como se amplía la familia con el nacimiento de su hermana Malena y poco tiempo más tarde el clan abandona Argentina para instalarse en España. El pequeño Ernesto no padece el desarraigo propio del exilio –ya que probablemente con su edad ni siquiera se lo plantea–, pero en la etapa de la adolescencia llegan las dudas, y es que construir un futuro es una ardua tarea cuando se es joven. En un principio se decanta por las ciencias, atraído por la biología y más tarde con  la historia, pero decide que no es lo suyo. En este tiempo sigue negando su vocación artística, como ha confesado en más de una ocasión, por pudor a ser actor ante su padre. Así pues, se deja seducir por el arte (música, fotografía, historia…), pero le cuesta llegar a su verdadera pasión. Finalmente, decide matricularse en la Escuela de Arte Dramático de Cristina Rota, una de las más prestigiosas de España. Tanta es su ambición en el terreno que completa sus estudios con clases de danza con Agustín Belusci. Durante las lecciones de Rota entabla amistad con Guillermo Toledo, Alberto San Juan y Nathalie Poza, con quienes forma el grupo teatral Ración de Oreja. Su primera representación es Animalario, nombre definitivo de la compañía, que se fusiona con otro grupo de teatro. La filosofía de esta nueva experiencia es ser crítico con la sociedad de su tiempo. Para Ernesto, este compromiso y reivindicación va más allá y se vincula en política, siempre con aires contestatarios y sin identificarse con un único partido político. En esa época su carrera en el cine empieza a cobrar peso, en parte gracias a sus pequeños papeles en películas como Mi nombre es sombra, Morirás en Chafarinas o Más amor que frenesí. Por aquel entonces acepta trabajos fugaces en series de televisión (Lleno por favor, Colegio mayor, Los ladrones van a la oficina, etc.). En 1998 une su firma, junto a la de otros actores, a un manifiesto para exigir el fin de la limpieza étnica de Slobodan Milosevic y el cese los bombardeos de la OTAN. Es entonces cuando empieza a participar en películas comerciales como Los años bárbaros, El cuarteto de La Habana (por la que fue nominado al Premio Goya al Mejor Actor Revelación), Los lobos de Washington, Kashbah, Buñuel y la mesa del rey Salomón o Deseo. En 2002 acepta participar en El otro lado de la cama, una concepción costumbrista del musical dirigida por Emilio Martínez Lázaro que cuenta la historia de dos amigos y sus líos de faldas. El resultado fueron unas buenas cifras y todo un éxito en taquilla. En el film, Ernesto Alterio coincide con Guillermo Toledo y Alberto San Juan (compañeros de Animalario) y obtiene una candidatura a los premios de la Unión de Actores. Más tarde llegan títulos como Días de fútbol (nominado al Fotogramas de Plata y al Premio Goya al Mejor Actor); Incautos; Muertos comunes; El Método; Los 2 lados de la cama; Semen, una historia de amor (en la que comparte cartel con su padre y hermana) o la teleserie Vientos de agua, donde repite la experiencia de trabajar con Héctor Alterio. En 2006 nace su hija Lola, fruto de la relación con la actriz colombiana Juana Acosta y es nominado, por segunda vez, con el Fotogramas de Plata.


Malena Alterio
La pequeña del clan nace el 21 de enero de 1974 y como el resto de la familia lo hace en Buenos Aires. Cuando apenas ha cumplido unos meses, su familia emigra a España por las causas antes mencionadas. Su infancia transcurre como la de cualquier otra niña, pero su vocación parece más clara que la de su hermano Ernesto, así que decide matricularse en la escuela de Cristina Rota. Su primera oportunidad en la gran pantalla le llega de mano de Eva Lesmes y la comedia El Palo, en el año 2000, donde interpreta a una ladrona marginal. Un año más tarde, es finalista en los Premios Goya en la categoría de Mejor Actriz Revelación. Los siguientes años siguen siendo fructíferos a nivel laboral y estrena Torremolinos 73 y Las voces de la noche. En 2005 ve la luz Semen, una historia de amor, que cuenta en el reparto con su padre Héctor, su hermano Ernesto y ella misma. Pero sin duda, el éxito y la fama aún están por llegar… A pesar de haber participado en algunas series televisivas, su personaje de Belén, en la serie Aquí no hay quien viva representa el gran salto. Lo interpreta durante cuatro años y le vale para hacerse con el premio a la Mejor Actriz Secundaria de la Unión de Actores en 2004, una candidatura a los Fotogramas de Plata en 2005 y el Premio a la Mejor Actriz según la Academia de Televisión Española en 2005. Tras el final de la serie por motivos mercantiles (Telecinco compra parte de la productora de la serie), se exporta una historia similar a la cadena en cuestión, bajo el título La que se avecina, donde Malena Alterio interpreta el papel de Cristina durante la primera temporada. En este 2008 ha ampliado registros: se ha dedicado al teatro y ha representado la obra Tío Vania de Anton Chejov en Madrid, ha estrenado la película Una palabra tuya y está grabando Al final del camino, además de seguir con el rodaje de la serie televisiva de Telecinco.