El Restaurant del Museu, ubicado en las instalaciones del Museo de Historia de Cataluña, en la cuarta planta del Palau de Mar de la Ciudad Condal, fue el escenario para la celebración de la ceremonia de entrega de premios del concurso internacional de cuentos y relatos Un Mar de Palabras. En un marco incomparable, con el Port Vell y el emblemático barrio de la Barceloneta de fondo, los jóvenes finalistas del proyecto, el jurado internacional y la organización se concentraron para la esperada cita.
La velada estuvo marcada por las ganas de participación de los jóvenes en el proceso de conocimiento mutuo y la colaboración entre las redes nacionales. Se inició con la llegada del jurado, los organizadores y los verdaderos protagonistas: los jóvenes autores. Tras las charlas y el aperitivo, se dio paso a los saludos de bienvenida por parte de Carme Coll, directora de Gobernabilidad y Cooperación del IEMed; Elisabetta Bartuli, coordinadora del jurado internacional; Alvise Vianello, coordinador del proyecto en el IEMed; Andreu Claret, director ejecutivo de la Fundación Anna Lindh y Senén Florensa, director general del IEMed. Todos ellos agradecieron a los finalistas su participación y la calidad de sus obras. De entre todos los cuentos recibidos, el Jurado Internacional seleccionó 30 obras de participantes de Alemania, Bulgaria, Croacia, Chipre, Egipto, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Israel, Italia, Jordania, Líbano, Lituania, Macedonia, Marruecos, Palestina, Portugal, República Checa, Rumania, Siria, Túnez y Turquía. Tras los discursos, los autores recibieron de manos de los organizadores un diploma conmemorativo así como un regalo de recuerdo.
Durante la ceremonia se entregaron tres menciones especiales a las obras que el Jurado Internacional, el IEMed y la Fundación Anna Lindh consideraron de mayor calidad. Tal y como indicaron sus miembros, los parámetros para la selección fueron la temática y el estilo literario. Finalmente, las distinciones fueron para tres mujeres: la italiana Ilaria Mavilla por su obra Muscmesci, la chipriota Maria Ioannou por el relato Standing Mountain y la francesa Elis Blot, cuya obra Entre deux rives, la mejor valorada, fue recitada por Gemma Lienas, escritora y miembro del jurado. El cuento narra la historia de un joven marroquí con residencia habitual en Marsella que viaja hasta su país natal, recorriendo España y cruzando el estrecho hasta llegar a su destino. Una obra que gustó entre los asistentes.
En los días siguientes, los jóvenes participaron en actividades y trabajos por grupos sobre la importancia de la literatura como instrumento para el diálogo intercultural o los conflictos, migraciones e identidades. Realizaron también debates y mesas redondas sobre los temas tratados en las obras, así como de las actividades y proyectos de las organizaciones promotoras del evento. Las autoras de los cuentos ganadores tuvieron la oportunidad de leer sus relatos. Los treinta finalistas pudieron disfrutar de las actividades culturales propuestas para estas jornadas, entre las que se encontraban un concierto en el Palau Robert a cargo de Maria del Mar Bonet y Biel Mesquita o las visitas a la Biblioteca de Cataluña, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y la Agencia Catalana de Juventud. Para completar su estancia en tierras españolas, los jóvenes escritores se desplazaron hasta Madrid, donde tuvieron la posibilidad de visitar el Consejo de la Juventud de España, la Casa Árabe y la exposición España y el mundo musulmán. Un siglo de relaciones en imágenes. Estas actividades estuvieron coordinadas por el IEMed en colaboración con instituciones gubernamentales y organizaciones locales miembros de la red española de la Fundación Anna Lindh. Los objetivos principales de las acciones eran la difusión del conocimiento y el debate sobre los temas tratados por los participantes y la creación de un espacio de diálogo que siguiera el punto de vista de los jóvenes autores.
El proyecto
La Unión Europea ha escogido el presente 2008 como Año Europeo del Diálogo Intercultural. Con esta iniciativa la UE pretende promover el diálogo entre culturas como un proceso en el que todas las personas que viven en Europa o tienen relaciones con este territorio puedan mejorar su conocimiento mutuo. Esto se traducirá en un entorno cultural más abierto donde convivan diversas identidades y confesiones, ya sea entre los diferentes estados o en uno solo. Con el Año Europeo del Diálogo Intercultural se quiere reforzar y priorizar un intercambio cultural más estructurado para implicar a sus ciudadanos, especialmente a los jóvenes, ya que constituyen las voces críticas del futuro. La Unión Europea reconoce su papel para inspirar a las personas que viven en el territorio a entrar en contacto directo con otras culturas y así contribuir a la tolerancia y el respeto mutuo, condiciones imprescindibles para el diálogo intercultural.
En este contexto se han creado numerosos proyectos que trabajen por conseguir estos mismos objetivos. Por ejemplo, la Fundación Anna Lindh ha lanzado la campaña 1.001 Acciones para el Diálogo Intercultural, que comporta el fomento de cualquier actividad dirigida al desarrollo del contacto entre comunidades y al conocimiento del otro dentro del área mediterránea. Siguiendo su filosofía de reforzar las redes, FAL dirige este proyecto a la movilización de afiliados y socios con el objetivo de desarrollar un abanico de actuaciones dirigidas a promocionar el diálogo entre culturas.
El proyecto Un Mar de Palabras se enmarca dentro de las 1001 Acciones para el Diálogo Intercultural. Nace con la intención de contribuir al fomento del entendimiento entre culturas o el intercambio de conocimiento y experiencias entre diferentes tradiciones locales y nacionales. La iniciativa está dirigida a la exploración de nuevos enfoques de diálogo entre culturas que conduzcan hacia una apertura del entorno social contribuyendo al impulso de una sociedad dinámica. En ella, los jóvenes desarrollarán un papel relevante en todo el proceso de aprendizaje del conocimiento mutuo de las diferentes culturas que conviven en un mismo espacio, como sucede en la región euromediterránea. Con el fin de conseguirlo, el concurso se ha basado en la producción de cuentos y relatos breves. Para participar, los jóvenes autores debían presentar una obra cuyo contenido estuviera relacionado con el diálogo intercultural como instrumento para la resolución de las crisis contemporáneas. El lenguaje literario permite afrontar y enlazar los temas. El formato de relato breve o cuento es capaz de entrar en las diferencias culturales, políticas, socioeconómicas o medioambientales sin caer en generalizaciones, simplemente describiéndolas. Por todas estas cuestiones se decidió que las obras que se presentaran a concurso debían cumplir estas condiciones.
De este modo, la Fundación Anna Lindh pretende fomentar la producción literaria juvenil para promover el conocimiento de los entornos y las complejidades de las realidades contemporáneas de los países mediterráneos. Además, aprovechando la entrega de premios, se crean ocasiones de encuentro para el fomento del debate, a fin de sensibilizar a la opinión pública sobre el diálogo entre las naciones de las dos orillas del Mare Nostrum. Por último, iniciativas como ésta sirven para fomentar el desarrollo de redes sociales transnacionales, divulgar el conocimiento sobre las actividades de la Fundación, además de para estrechar los vínculos de colaboración de las redes.
Tras el llamamiento a la producción literaria juvenil, se recibieron un total 212 cuentos procedentes de 37 países (34 del área euromediterránea y 3 de países de los Balcanes). En una primera fase, se preseleccionaron 91 relatos de 35 estados de entre todos los enviados. Las redes nacionales de los países participantes constituyeron los Jurados Nacionales, quienes se encargaron de escoger entre uno y cinco cuentos –dependiendo del número total recibido– además de proveer las traducciones al inglés y francés. Los jurados, a través del IEMed, han transmitido los mejores cuentos de cada país al Jurado Internacional (compuesto por dos españoles, dos italianos, una libanesa y una marroquí). Formaron parte del comité: el Director General del Instituto Europeo del Mediterráneo, Senén Florensa (presidente); el escritor y Coordinador de redes de la Fundación Euro-Mediterránea Anna Lindh para el Dialogo entre Culturas, Gianluca Solera; la profesora, traductora, crítica y especialista en literatura árabe contemporánea, Elisabetta Bartuli (coordinadora); la escritora, guionista y autora de películas, Najwa Barakat; la escritora y articulista Jamila Hassoune y la escritora y tertuliana Gemma Lienas.
Fue esta comisión internacional quien presentó tanto al IEMed como a la Fundación Anna Lindh la selección de los 30 relatos finalistas, escogidos a partir de criterios cualitativos. Los jóvenes autores de los cuentos e historias seleccionadas recibieron una comunicación por correo electrónico además de la invitación para asistir al acto de entrega de premios y para participar en las actividades culturales programadas con motivo del concurso.
Los cuentos recibidos, según los miembros de la organización, ofrecen puntos de vista originales y diferentes sobre modelos de interculturalidad y de diálogo. Los treinta mejores relatos serán publicados en un libro que se traducirá al catalán y al inglés. Saray Garcia.