ENTREVISTA ALEJANDRO STOCK




“La experiencia migratoria es personal, intransferible y casi intransmisible”



“Para mí el arte es un acto de libertad, no se puede llegar a un lienzo en blanco o a un papel o a cualquier herramienta de expresión con limitaciones, o por lo menos no debería ser así. Yo ya he pagado y sigo pagando un precio muy alto por no bajar la cabeza y así poder seguir siendo fiel a mí mismo, al arte (que es mi vida) y a la libertad. Ya no tengo expectativas basadas en el ego que busca el éxito. Solo quiero crear. Transmitir. Contribuir a crear puentes que acerquen a las culturas y a quienes las conformamos”. Así se presenta Alejandro Stock, artista pluridisciplinar nacido en Uruguay y residente en España. Fotos cedidas por Alejandro Stock
 
¿Cómo y cuándo empezó su interés por el arte?
El arte es parte de mi vida desde que tengo uso de razón. En realidad no es parte, es mi vida. He tenido la suerte de conocer mi vocación desde una edad muy temprana y haber sido comprendido y estimulado para practicarla. De pequeño, con cuatro o cinco años, cuando me preguntaban “¿y tú qué quieres ser de mayor?”, siempre respondía: pintor. En el cómo, le puedo contar alguna anécdota de las tantas que pueblan mi memoria: los sábados por la mañana mi abuelo Moisés Silberman tomaba té con su amigo el maestro José Cúneo. Yo le acompañaba y mientras ellos tertuliaban, Don José me ponía ejercicios de dibujo para que yo realizara, imagino también para que no molestara mucho (risas). Me recuerdo a mí muy pequeño, en las fiestas de familia, dibujando en algún rincón y copiando objetos, jarrones, etc. Todavía conservo muchos de esos dibujos fechados al dorso por mi abuelo o mi madre y algunos son de cuando tenía tres años.

¿Cuándo llegó a España y con qué motivo? ¿Dónde se instaló?
Llegué a finales de 1993 y el motivo era viajar, aprender, conocer mundo y absorber cultura. Siempre aclaro que yo no “me vine” a España, si no que “vine” a España y me fui quedando. Mi primera parada fue Galicia, en casa de mi amigo de infancia Alejandro Vaguetti. Desde allí empezó el periplo, –no sólo por España– con una mochila a la espalda y una carpeta bajo el brazo, que acabó seis meses después en Madrid. En ese tiempo de trenes y albergues, dedicaba casi todo mi tiempo a ver museos, arquitectura y observar a la gente y de todo tomaba notas en cuadernos que todavía andan por ahí acumulándose con libretas de otros viajes, ya que no he perdido todavía el vicio de tomar apuntes, notas y dibujos en los viajes o tomando un café. Con respecto a dónde me instalé, la verdad es que he tenido un recorrido largo y de mucho aprendizaje. Así como en Uruguay había nacido y vivido toda mi vida en la misma casa, aquí cambié de vivienda doce veces en diez años. Con esto también tuve la oportunidad de vivir en diferentes barrios de Madrid y así conocerlos palmo a palmo y con ello entender más el entorno humano y la estructura del tejido social. 

Se podría decir que usted es un artista completo, ya que trabaja en diferentes disciplinas (fotografía, escultura, pintura, textos, etc.). ¿Cuál ha sido su formación y dónde la ha realizado?
Ante todo, creo en la formación profesional en cualquier cosa que se desee hacer en la vida, así como en las vivencias que alimentan el discurso y el conocimiento del mundo que habitamos. Ambas son complementarias y a mi modo de ver imprescindibles. Estudio arte desde los cinco años, cuando ingresé en mi primer taller; luego, con los años he incorporado centros de formación artística, cursos públicos y privados, talleres, universidades, seminarios, un doctorado, un master, idiomas y una beca, todo en Uruguay, España y Estados Unidos. Una formación variada y amplia (que continúa), siempre rodeado por un entorno afectivo que supo transmitirme el amor por la cultura y el respeto por la expresión. En paralelo a la educación formal que antes mencionaba he podido viajar, residir en diferentes ciudades y conocer diferentes culturas, observar e investigar, descubrir y aprender.






Cuéntenos, ¿de qué habla su obra?
Hablo de muchos temas, pero siempre hay algunos elementos recurrentejavascript:void(0)s en el concepto sobre el que trabajo: la memoria, el aprendizaje, el ser humano, el amor, el perdón, el lenguaje, la búsqueda y el cambio. Para expresarlos utilizo una cosmogonía sencilla (que no simple) y juego con ella para montar y articular el discurso. Me resulta muy interesante cuando me doy cuenta que en la década de los 80, en Uruguay, investigaba acerca de la memoria acarreada por los emigrantes europeos que conformaron la sociedad del Cono Sur, de la que desciendo –Memoria Genética– y ahora, 20 años después y desde el otro lado del océano, en un juego de idas y vueltas de carabelas, investigo sobre la memoria acarreada por los emigrantes que conformarán contra viento y marea, esta sociedad a la que también pertenezco –Memoria Migrante–. Una amalgama de pasados, presentes y futuros probables, desde el aquí y ahora. También hablo del palimpsesto, de la superposición de capas que conforman la memoria de una sociedad y de como, a la  larga, todas se hacen visibles, pero al igual que sucede en un fósil, es difícil diferenciarlas.  Hablo del espacio vital, pues creo firmemente que es suficiente para todos, aunque todavía muchos no se han dado cuenta; del amor y del perdón como las herramientas para construir y enfrentarnos al miedo y al dolor; del movimiento y del cambio, de las personas, de lugares, de aprendizajes.  




¿A qué ciudades y museos ha llevado sus creaciones?
A estas alturas y con más de 250 exposiciones, las obras han estado en diferentes ciudades, en países de varios continentes. Siempre en sitios a los que se puede acceder con una carpeta en mano y la obra como carta de presentación (que cada vez son menos). Soy de la vieja escuela, de la época en la cual los directores de arte iban al taller de los artistas, dialogaban in situ; donde la creación se puede palpar y oler.

Según usted, ¿la historia personal de cada individuo es influyente y determinante para el desarrollo de su carrera profesional? ¿Cree en la importancia autobiográfica?
Pienso que un individuo es la sumatoria de su historia, y que un artista auténtico es su obra, más o menos disfrazada para el público, más o menos accesible en su lenguaje, pero al fin y al cabo su obra. Por otro lado somos seres sociales, formamos parte de la sociedad con su historia y su presente. Supuestamente los artistas deberíamos ser una especie de periscopio del submarino, tomando conciencia y haciéndonos responsables del discurso público que significa mostrar una creación. O sea, la obra siempre es autobiográfica y social, son conceptos indisociables. Así como también la creación es un acto de libertad, aunque una gran parte de la dinámica de hoy en día en la gestión de la cultura –por suerte no toda– no lo vea ni maneje así. Entre el discurso creativo (la obra) y la exposición de la misma se han interpuesto muchas terceras figuras (me lincharán una vez más por decir esto), lo cual mas allá de la manipulación y la creación de un discurso hecho por otros lejanos al artista, va haciendo que la distancia entre creador y público, desgraciadamente, se haga muchas veces muy grande. Cuando en definitiva es esa interacción el puente inter e intra cultural que nutre y comunica, tanto a una parte como a otra. Desde mi punto de vista, crear no debería ser llamar la atención o hacer ruido porque sí, si no un cóctel de denuncia, cuestionamiento y si fuera posible, un abrir rutas de salida.

¿La inmigración es un trauma que queda para siempre?
Yo preferiría cambiar la palabra trauma por aprendizaje, suena menos doloroso y más positivo u optimista (que es mi postura). La experiencia migratoria es personal, intransferible y casi intransmisible. A ello se suma que cada persona en base a su propia estructura y personalidad vive cada hecho de una forma diferente, lo que puede ser un obstáculo para unos puede ser un reto para otros. La migración es un proceso complejo…

El 2008 ha sido declarado año del Diálogo Intercultural en Europa. ¿Qué opina de la iniciativa?
Como titular suena muy bonito. ¿Es real? ¿Diálogo entre quiénes y quiénes? ¿Quiénes se llevarán esta vez las subvenciones? ¿Qué resultados se esperan?, ¿Quiénes se beneficiarán de este diálogo? En el terreno que me toca, el arte: ¿serán los de siempre los que participarán del diálogo?...

¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
Seguir trabajando. Seguir creando. Esperar que algún día proyectos grandes y sólidos como la Memoria Migrante u otros que están aquí en el taller puedan ser mostrados en algún espacio al que pueda acceder sin enchufes. Pero hasta entonces y después de entonces, seguir creando, que es mi idioma y forma de vida, mi necesidad de expresar que el mundo puede ser un lugar mejor del que lo hemos convertido.

Más información: www.alejandrostock.com

1 comentario:

  1. Su historia me parece interesante, al igual que a mi tambien me interesa la pintura desde mis 6 anos. Gracias a la pintura tambien me desempeno en la moda.

    Gacias a esta entrevista puede darme cuenta que no importan las limitaciones o enfermedades fisicas solo el amor que tengas por la misma.

    Soy un chico normal con un corazon grande para todo el mundo. Me Clasifico mucho con esta entrvista.

    victorscs14@gmail.com

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